El Gobierno británico, derrotado en los Comunes
El ministro británico de Agricultura, Sam Silkin, viajó ayer a Bruselas para dar cuenta a sus colegas de la CEE de que la libra verde británica será devaluada en un 7,5 %. La decisión ha sido adoptada por el Gobierno de Londres tras su primera derrota parlamentaria del año, al ser rechazada su política agrícola por una alianza entre ,conservadores, liberales y la práctica totalidad de los partidos minoritarios.
Por 291 votos contra 281, los Comunes decidieron que la libra verde, unidad de cuenta británica en sus relaciones agrícolas con la CEE, sea devaluada en un 7,5 %, porcentaje intermedio entré el 5 % defendido por el Gobierno y el 10 % exigido por los agricultores y los diputados liberales. Irónicamente, la aprobación de la propuesta conservadora y la derrota del Gobierno fue posible gracias a los votos del partido de David Steel, que acordó el sábado, en Blackpool, prolongar hasta el verano el pacto que le une a los laboristas y que impide que el Gabinete del señor Callaghan sea derrotado en una moción de confianza.
La devaluación aprobada en los Comunes tendrá dos efectos a corto plazo: un regular aumento de los precios de los productos alimenticios -y de ahí la negativa del ministro de Agricultura a tirar piedras contra el tejado del Gobierno en un año electoral- y mayores ingresos para los agricultores.
Mañana, otra prueba
Si esta primera derrota del año permite al Gobierno en última instancia adjudicarse el protagonismo de la defensa a ultranza del poder adquisitivo de la mayoría, la votación de mañana sobre el procedimiento de «guillotina» (discusión abreviada) para la ley de elecciones al Parlamento Europeo pone en cuestión, sin embargo, su propia unidad y la del Partido Laborista en el candente tema de Europa. Ayer, la izquierda laborista encuadrada en el grupo Tribune anunció que intentará por todos los medios la derrota del Gabinete, cuyos ministros ya han sido autorizados por Callaghan, a ausentarse de la votación.Si la anunciada reunión del grupo parlamentario laborista no se pronuncia claramente a favor de la postura del primer ministro, el Gobierno puede seguir adelante con su proyecto, pero una votación adversa en los Comunes le colocaría en situación desairada.
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