La OTAN augura dificultades económicas para la URSS

Organizado por el comité económico de la OTAN, un centenar de expertos de países miembros analizaron las perspectivas económicas de la Unión Soviética para los años ochenta, y su incidencia en la política de defensa.Por segunda vez se invitó, con carácter oficial, a una delegación de observadores españoles. La única de Estados no miembros de la OTAN. Sin querer ver más allá del simple significado de observadores, sobresale que España haya sido el único Estado no miembro invitado. «Recibimos una invitación oficial de la OTAN y, de acuerdo con el Ministerio de Asuntos Exteriores, acudimos al coloquio», declaró un miembro de la delegación española, integrada por diplomáticos y funcionarios de la embajada en Bruselas y en Moscú.

Un paso más, en definitiva, hacia el estrechamiento de vínculos entre España y la OTAN, decidido, unilateralmente, por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

El coloquio es pesimista en sus conclusiones sobre el futuro económico de la Unión Soviética. Por el momento, el crecimiento medio del PND ha sido del 4,5% en 1977. Pero, según los occidentales, bajará al 3,5 o al 3 % en los años ochenta.

Los motivos del retroceso económico se fundarían, siempre según los expertos del coloquio (la mayoría, profesores de universidades norteamericanas y europeas), en problemas de orden dernográfico y energético.

A la URSS le faltará petróleo en la década de los ochenta, según un informe de la CIA, y sus exportaciones energéticas a los países del Este influirán, también, en las dificultades de equilibrio entre la oferta y la demanda.

También padecerá penuria de mano de obra, después de la baja de natalidad experimentada desde los años sesenta. Por otra parte, dadas las distancias y los caracteres peculiares de las distintas riacionalidades soviéticas, no será fácil el trasvase de trabajadores. La demografia será, pues, otro fáctor negativo, en opinión de los participantes al coloquio de la OTAN.

Por último, los intercambios comerciales y tecnológicos entre el Este y el Oeste son importantes para el desarrollo económico de la URSS, pero no influirán decisivamente en la marcha de la economía soviética.