Los familiares dudan de la versión oficial sobre el suicidio de un recluso
Los padres de José Miguel Salas, recluso que, según la versión oficial, se suicidó la semana pasada en Málaga, y que el domingo fue enterrado en Gijón, tienen serias dudas en torno a la muerte de su hijo y añaden que alguien tenía miedo de que hablase en el juicio, a punto de celebrarse, según un reportaje publicado ayer por La Hoja del Lunes, de Oviedo. José Miguel Salas nació en Mieres hace veinticinco años. Fue detenido hace cuatro meses, al encontrársele cien gramos de hachís. El director de la prisión afirmó que el suicidio se debió, posiblemente, a una alucinación mental sufrida por la noche. «Nada más recibir el telegrama -dice su madre- llamamos por teléfono para enteramos de cómo había ocurrido. Nos dijeron que, al parecer, se había ahorcado con una sábana en el water de su celda, y que no se sabía nada más porque se encontraba. en el depósito de cadáveres del cementerio de San Miguel. Nosotros no lo creemos, quisimos ir a Málaga, pero nos respondieron que era inútil, porque ya se había hecho la autopsia y no podíamos verle.»
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