El ex alcalde de Sevilla denuncia la grave situación financiera del Ayuntamiento

A. 3.5% millones de pesetas asciende el pasivo del Ayuntamiento de Sevilla, según un informe elaborado por el ex alcalde Fernando de Parias al término de su gestión. El importante aumento registrado en el mismo durante 1976 fue debido, en gran parte, al préstamo por valor de novecientos millones de pesetas, suscrito por la hacienda municipal, para nivelar el presupuesto ordinario correspondiente a dicho ejercicio.

Esto quiere decir que el Ayuntamiento sevillano llegó a pedir un préstamo para hacer frente al pago de los intereses de préstamos anteriores, lo que revela la gravísima situación financiera del municipio.Este caos económico impidió a la Corporación presidida por De Parias la puesta en marcha del plan de urgencia de barriadas que, con un presupuesto de 6.656 -millones de pesetas, fue aprobado por el pleno en junio de 1977. El plan tenía como objetivo dotar a las barriadas periféricas del mínimo indispensable para que los ciudadanos viviesen en condiciones humanas. Baste señalar que la tercera parte de la cantidad presupuestada estaría destinada a pavimentación, dedicándose también capítulos importantes a suministro de agua, alcantarilla, escuelas y zonas verdes.

Un inventario de urgencia

En cambio se excluyeron necesidades también elementales, pero que no tenían el grado de perentoriedad que las anteriores: estaciones depuradoras, pasos subterráneos o elevados de peatones y estaciones de autobuses, entre otras. Aun así, el plan de urgencia de barriadas ha quedado convertido, finalmente, en un inventario de urgencia, ya que el Ayuntamiento fue incapaz de financiarlo y tampoco consiguió del Gobierno autorización para canalizar en esta, dirección una parte de los fondos aprobados en agosto para combatir il paro en la provincia.El estado actual de las finanzas municipales tiene su origen en la gestión de los últimos años. Hasta 1970, el Ayuntamiento había venido cubriendo los costes de funcionamiento de los servicios del Municipio, y la carga financiera estaba alrededor de los setenta millones, cifra bien sorportada por los presupuestos ordinarios. Pero en la etapa 1971-75, siendo alcalde Juan Fernández, la Corporación, sometida a demandas sociales cada vez más acuciantes, contrajo deudas de 2.600 millones, llegando la carga financiera de 1975 (353 millones) a constituir un 19 % de el presupuesto.

Al propio tiempo, el Ayuntamiento va acumulando otras deudas, a corto plazo, por valor de 825 millones, por expropiaciones, pago a proveedores y retribuciones del personal. De modo que en 1976 se llegó al punto de que el 98 % de los ingresos del Ayuntamiento tenían que ser destinados a pagar el personal y sobrellevar la carga financiera. Lógicamente, el 2 % restante resultaba insignificante para hacer funcionar con un mínimo de decoro los servicios que los sevillanos exigían, con lo que el alejamiento pueblo-autoridades no dejó de ensancharse.