"Manifestacionismo", democracia y lo demás
Creo que ha subido el nivel cultural medio de todos los españoles. Tomar la pluma y las cuartillas y redactar una carta es fácil, pero jugar con la semántica es una imprudencia y desbordar los limites odel faín a lingüísiica de un v cablo puede originarí confusiones estúpidas.A tal efecto he tomado la palabra «manifiesto», que puede ser la raíz de las siguientes: manifestación, acto de manifestarse públicamente; manifestador, el que manifiesta; manifestamiento, de manifestar; manifestar, declarar, dar a conocer; manifestarios, sectarios anabaptistas; manifestativamente, adverbio; manifestativo, adjetivo...
Tomo otra palabra: «asociación», de la cual derivan «asociacionismo" doctrina sicológica que explica los procesos mentales; asociado; asociamiento; asociar y hay otro grupo de palabras sin nexo familiar en- la raíz, pero sí en la terminación, tales como: cristianismo, islamismo, budismo, laicismo, comunismo, nazismo y fascismo. Todas ellas expresan una doctrina polífiola, religiosa o filosófica. Ahora yo me pregunto: ¿qué es el «manifeátacionismo»? ¿Es una doctrina política? ¿Quiere expresar que es una enfermedad que produce el abuso de manifestaciones? ¡Yo digo que no! Y, por tanto, no puede ser antidemocrático, pues tenemos democracia, «dominio o poder del pueblo»; tenemos demografla, «descripción del puebio»; tenemos demología, «explicación del pueblo", y, finalmente, la demografía que nos da la base más firme de la demólogía y de ésta nace la de la democracia. Por consecuencia, las manifestaciones en la democracia son legales y la movilización de masas es «democrática». En cambio, encorsetar a la manifestación como «fenómeno excepcional, anunciado con tiempo y fianqueado de medidas para reducir a la mínima expresión molestias», son conceptos totalmente antidemocráticos, que van muy bien con las teorías de las dictaduras tiránicas, de las que muchos están inoculados.
Despectivas y desgraciadas son las frases: «chusma callejera» y «populacho» en boca de los que tanto detestan la lucha de clases, pero sépase que la chusma callejera y populacho tienen gran semejanza con las inteligentes y- labonosas abejas de un panal, que si se las hostiga y tratan de robarlas su miel (su trabajo) responden con la misma violencia de que son tratadas, pero con una notable diferencia: hay una violencia legal y otra, la de las abejas, ¡legal. Eso es todo.
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