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Pequeños y medianos avicultores, contra las subvenciones estatales

Representantes del sector avícola, agrupados en torno a las asociaciones que engloban a los miembros del sector que pertenecen a las pequeñas y medianas empresas -Amaco, Mulcripoll y Anmaceade-, han solicitado públicamente que desaparezcan las intervenciones estatales en el mercado del pollo, aunque aceptan la intervención superior y se comprometen a no subir los precios en más de un 8 % sobre los costes finales.

En este sentido, han presentado al FORPPA un proyecto de real decreto sobre regulación del mercado de carne de pollo, el cual suprime la utilización de recursos presupuestarios del Estado, propone atender las necesidades del mercado y reducir costes para lograr una mayor competitividad, se basa en la realidad del sector, propone el libre mercado con protección al alza, se basa en la eficiencia y la adaptación al mercado para toda dimensión de empresa dentro de una economía de mercado, y se basa en la competencia inexorable con objeto de recucir costes y adaptarse al mercado.Los pequeños y medianos empresarios sostienen que la intervención de la Administración no puede ser caprichosa ni aleatoria, sino que debe encajar en el planteamiento general que el Gobierno expone al país como criterios directrices de su actuación y debe alcanzar el mejor aprovechamiento de los recursos que utiliza en beneficio de la comunidad.

Esta parte del sector pone de relieve que las subvenciones de la Administración suponen una ayuda a los miembros del sector más influyentes y menos competitivos, y que están acostumbrados a basar su sistema productivo en un sistema de ayudas estatales y no de criterios económicos.

En opinión de estos representantes del sector, un sistema como el practicado hasta ahora, e inclusive con mayor grado de intervención de la Administración, conduce a las empresas a que desplacen su atención del mercado y de los costes, y la encamine a las relaciones con los organismos oficiales y los medios para lograr las subvenciones o las situaciones de privilegio que los mismos otorguen, pudiendo dar lugar a que surja y prolifere la picaresca.

Resulta inexplicable, según representantes de Amaco, Mulcripoll y Anmaccade, proponer ayudas con los recursos del Estado a un sector plenamente desarrollado, con capacidad de ajuste rápido a las distintas coyunturas, y en un momento en que el conjunto político del país acepta el libre mercado y la defensa de la pequeña y mediana empresa.

En concreto, las acusaciones de los pequeños y medianos empresarios del sector avícola van dirigidas hacia las empresas fuertes e influyentes del sector, que por ser precisamente las de mayor capacidad económica, tienen mayores posibilidades de hacerse con las subvenciones de la Administración, subvenciones que son utilizadas para distorsionar el mercado mediante su utilización en el fomento de una posible competencia desleal. Esta fuerza política de las grandes empresas no está en relación directa con su peso específico en el mercado, ya que las asociaciones que agrupan a los pequeños y medianos empresarios suponen el 40 % de la producción avícola española.

La propuesta de los pequeños y medianos empresarios conseguiría los siguientes objetivos:

Abastecer el mercado al mínimo precio que permitan una rentabilidad justa a las empresas correctamente gestionadas.

Orientar adecuadamente la producción de carne de pollo.

Estimular las modificaciones coyunturales y estructurales que favorezcan la adaptación de la oferta y la demanda.

Establecer información del mercado exterior que facilite los ajustes en el mercado interior, y

Continuar con los programas de información necesarios.

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