Las negociaciones sobre el Ulster, a punto de congelarse
Las conversaciones entre el Gobierno británico y los partidos del Ulster, encaminadas a otorgar una autonomía restringida a Irlanda del Norte, pueden verse congeladas tras las declaraciones del primer ministro irlandés, Jack Lynch, en el sentido de que Gran Bretaña debe afirmar con claridad su intención de retirarse del Ulster y de favorecer la unión de Irlanda. Lynch dijo también que su Gobierno contemplaría la posibilidad de una amnistía para los miembros del IRA en prisión si la violencia cesa en la provincia británica.Un portavoz del Ministerio para Irlanda del Norte ya ha manifestado su «contrariedad» por el tono y el momento en que las declaraciones de Lynch han sido formuladas, pero la tormenta política no acabará ahí. Las conversaciones del Gobierno británico con los cuatro principales partidos del Ulster (Unionistas Oficiales, Unionistas Democráticos Alianza Socialdemócrata ; Laboristas) debían reanudarse la próxima semana, tras el paréntesis navideño; su inicio había sido posible, en septiembre pasado, tras una serie de entrevistas celebradas por los primeros ministros británico e irlandés.
El partido Unionista Oficial, protestante, el más importante del Ulster, ha acusado a Lynch de injerirse en los asuntos de Irlanda del Norte, y ha anunciado su retirada de las conversaciones hasta que el Gobierno británico le otorgue garantías suficientes de que no existe un pacto Londres-Dublín para establecer una Administración compartida entre católicos y unionistas. La decisión unionista es apoyada por el Partido Democrático, del reverendo lan Paisly.
Lynch insistió en que Callaghan le había sugerido en septiembre que Londres no concedería autonomía al Ulster más que en el caso de que esta fuera administrada por un Gobierno multiconfesional. Esta misma idea fue ratificada por el premier británico a finales de diciembre.
Por añadidura, la disposición irlandesa a estudiar la concesión de una amnistía a los militantes del IRA encarcelados en su territorio ha conmocionado al Gobierno británico, que se ha apresurado a descartar, por su parte, cualquier tipo de medida equivalente, «que sólo serviría para estimular los actos terroristas».
La decisión de los unionistas oficiales, cuyo líder, Harry West, dijo ayer que las declaraciones de Lynch «confirman nuestra sospecha de que estas negociaciones se iniciaron por la presión de Dublín sobre el Gobierno británico», coloca a Londres ante una nueva dificultad en el pedregoso camino de la devolución de poderes administrativos al Ulster.
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