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Siria teme los resultados de la gira del presidente norteamericano

Huari Bumedian, presidente de Argelia, es esperado en Damasco de un momento a otro, procedente de Irak. El primer político argelino trae en cartera una triple misión, según observadores políticos y diplomáticos de esta capital: la preparación de una nueva «cumbre» del llamado «frente de rechazo» árabe a las negociaciones Sadat-Begin, la búsqueda de un acercamiento entre Siria e Irak y el deseo de que el «frente» apoye su política en el Sahara occidental.

La actividad diplomática ha decaído en la zona oriental del conflicto del Oriente Próximo. La visita del presidente Carter a Irán, Arabia Saudita y a Egipto ha paralizado lo esencial, que la inagotable máquina negociadora, a la expectativa de resultados de la gira de Carter, que son temidos en este país, porque son conocidas sus intenciones y sus programas en torno a toda solución a la crisis del Oriente Próximo.Si en el encuentro Hussein-Carter de Teherán no hubo resultados concretos inmediatos, y sí un respiro inicial en el «frente», este encuentro aparece ahora, y cada vez más, como elemento de preocupación, porque todo parece apuntar a la idea de que Jordania podría incorporarse más tarde o más temprano a la estrategia de Sadat y, en todo caso, nunca oponerse de manera tajante, porque se le considera en la capital jordana «como defensor de los intereses del pueblo árabe».

Por todo ello, la política jordana preocupa en demasía a Damasco, porque, en definitiva, en este territorio se encuentra hoy la única fórmula de compromiso posible a corto plazo en la zona, si no interviene una ruptura El Cairo-Jerusalén: la creación de una «patria», no un Estado, como primer paso hacia la nación independiente palestina. Una patria bajo soberanía árabe y control militar judío o internacional.

Estas son, al menos, las últimas propuestas que, al parecer, llevará Egipto al comité político de la conferencia de El Cairo, que iniciará sus trabajos en los próximos días en Jerusalén, bajo la presidencia de Moshe Dayan. Y esta idea parece ser también la que Sadat espera endosar a Carter, para rebajar así las tajantes declaraciones del presidente norteamericano contra la creación de un Estado palestino y como fórmula de reconciliación entre ambos.

Mientras tanto, y a la espera de Carter, Sadat se dedica a tomar distancias de Begin y a pedir a los cuatro vientos y en público que Estados Unidos presione sobre Israel, lo que, visto desde Damasco, parece algo más que una novela rosa a estas alturas, porque Sadat utiliza los medios de comunicación social para practicar su política en público y para justificar su hasta ahora derrota negociadora con Israel.

Por último, cabe señalar que en Siria se sigue con especial interés la posible reacción de Arabia Saudita a las presiones de Carter en favor de que Ryad apoye el bando negociador y deje de la mano al «frente de rechazo». En Damasco no se piensa que Ryad dé el salto en las circunstancias actuales, pero se teme que abandone sus críticas directas a Sadat, lo que ya sería un paso hacia atrás.

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