Pesimismo sobre el crecimiento económico inmediato
Con tono de esperanzado pesimismo los expertos de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos) han elaborado su informe Perspectivas económicas 1978, en el que se recogen las previsiones macroeconómicas para el próximo año en el conjunto de los veintiún países que integran la Organización y en aquellos que ostentan una significación más relevante en el contexto de la economía internacional específicamente. El informe fue presentado en París el pasado día 21, pero su contenido permaneció embargado hasta el mediodía de ayer, miércoles.El informe dedica escasa atención a los países con menor peso específico -caso de España-, aunque considera que sus actuales desequilibrios tenderán a acentuarse en los próximo doce meses. Los dirigentes de la OCDE manifestaron no conocer a fondo el programa de reforma y saneamiento económico del equipo Fuentes Quintana, base del pacto de la Moncloa. No obstante, reconocieron privadamente, en un examen apresurado, que habían detectado datos positivos, por cuanto atendían a buena parte de las recomendaciones de la Organización.
Los dirigentes de la OCDE señalaron en rueda de prensa que, a pesar del tono pesimista de las previsiones, confiaban en que una actuación decidida de los respectivos Gobiernos en los primeros meses de 1978 evitaría la confirmación de las magnitudes apuntadas. Aunque no se dijo específicamente, esta actuación debería centrarse en la aplicación de las recomendaciones que anualmenté contiene el informe. En suma, las previsiones han sido formuladas teniendo en cuenta la tendencia actual de« las distintas economías, así como atendiendo a los propósitos formulados hasta el momento por los respectivos Gobiernos nacionales; especialmente los de aquellos países denominados locomotoras -EEUU, Japón y RF de Alemania-, a los que se atribuye la responsabilidad en el inmediato devenir de la economía occidental industrializada.
Para la OCDE la estrategia debe centrarse en una política de estímulo al crecimiento de la demanda, mantenimiento del control de la inflación, acentuación de la libertad en los intercambios comerciales internacionales -contra el proteccionismo-, reducción de los respectivos déficit presupuestarios y reestructuración de esquemas productivos en algunos sectores concretos que actualmente se ven afectados por importantes dificultades. A medio plazo, los Gobiemos deberán arbitrar políticas de estímulo a la creación de puestos de trabajo, planteándose el objetivo de acercamiento al pleno empleo para los primeros años de la década de los ochenta. Por el momento, las previsiones de paro estimadas para 1978 son muy pesimistas, ya que se asegura un desempleo global de más de diecisiete millones de trabajadores -cerca del 7 % de la población activa-, incluyendo aquellos países, como Grecia y Turquía, con elevadas tasas en la actualidad.
En líneas generales, los expertos de OCDE prevén una ligera recuperación de la actividad económica en el primer semestre del año entrante, aunque con un claro punto de inflexión hacia el verano, que difícilmente podrá recuperarse en el último trimestre. En definitiva, el mismo comportamiento que la economía mundial ha registrado a lo largo de 1976. El informe también considera altamente preocu.pante el acentuado déficit comercial estadounidense, situado en 40.000 millones de dólares al final de 1977, por primera vez en su historia.
En su optimismo con respecto a las medidas que puedan adoptar los países locomotoras, los dirigentes de la OCDE mantienen las mayores reservas en el caso de la República Federal de Alemania, a juzgar por la actitud mantenida por sus dirigentes en las conferencias internacionales celebradas -Puerto Rico y Londres- hasta el momento, y que, en su opinión, deberían prodigarse con mayor frecuencia. Por el contrario, los expertos de la Organización se mostraron esperanzados por las últimas manifestaciones de Carter y los planes del primer ministro japonés, Fukuda. Primordialmente, los expertos de la OCDE atribuyen a estos países la responsabilidad de adoptar la iniciativa, estimulando ta . sas de crecimiento en sus demandas interiores, que faculten incrementos en las importaciones y, paralelamente, tiren de las economías menos favorecidas, lo que a la larga generará un relanzamiento de la actividad económica mundial, en claro provecho de los propios países más adelantados, que cuentan con gran número de industrias básicamente exportadoras en sus estructuras internas.
Crecimiento moderado y aumento del paro
Los expertos de OCDE dudan que las tasas de crecimiento alcanzadas en 1977 puedan ser superadas en 1978, en las circunstancias actuales. En el informe se recuerda que estas tasas -alrededor del 3,5 %- debieron ser revisadas a mitad del presente año, a la vista de las circunstancias internacionales, rebajando el techo del 4% planteado inicialmente. De alguna manera, ello encierra un temor de que otro tanto ocurra en el próximo ejercicio y los pronósticos ahora enunciados deban también ser revisiados a la baja, a la vista de la evolución de los restantes indicadores. Esta reducida tasa de crecimiento produce ralentizaciones en el contexto general de la actividad económica, que luego es muy dificil recuperar. En definitiva, la Organización propugna la adopción de nuevas y más decididas medidas exparisionistas-, conjuntadas con otras de regulación de la demanda, en aquellos países cuya moneda sufra apreciaciones, o de disposiciones antiinflacionarias, en el caso de aquellos que revisen a la baja sus tasas de cambio.
Esta situación generará un mantenimiento de las desfavorables condicionesde los mercados de trabajo, con lo que las tasas de desempleo, ya incrementadas fuertemente en 1977, serán todavía mayores en 1978 en los países de la OCDE. Asimismo, continuará la tendencia negativa del subempleo y las dificultades de incorporación de la población juvenil al mercadc, de trabajo.
Tampoco se prevén aumentos espectaculares en los intercambios mundiales.
Exito en la lucha contra la inflación
El aspecto más positivo de los expuestos en el informe es, sin duda, el referente a la reducción de las tasas de inflación, situadas en un 8 % anual para el conjunto de países de la OCDE. Esta tendencia es previsible que! se mantenga, aun en el caso de que los respectivos Gobiemos se decidan a aplicar políticas moderadamente expansionistas, por cuanto los instrumentos de control de precios han quedado definidos y probada su eficacia. En el caso concreto de España, se augura un crecimiento ligeramente inferior al del presente año, pero por encima del previsto en el plan Fuentes Quintana (20%).
A este optimismo contribuyó el desenlace de la conferencia de la OPEP, en Caracas, conocido en plena presentación del informe.
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