Se retrasa la solución de la crisis política portuguesa
Mario Soares, ¿primer ministro o mediador? Parece ser éste el último punto por esclarecer antes del anuncio de la designación de la personalidad encargada de formar el nuevo Gobierno portugués. Ayer Mario Soares estudió con sus consejeros la conveniencia de aceptar el encargo presidencial, pero hasta última hora de la noche nada se había informado de esas consultas.
El lunes, la convocatoria de una reunión extraordinaria del Consejo de la Revolución - que debe ser consultado en la materia- y la presencia tardía de Mario Soares en el palacio de Belem hicieron pensar que la solución era inminente. Un comunicado de la Presidencia, informando de una serie de consultas a los partidos para el día siguiente, disipó la expectativa.Los periodistas nacionales y extranjeros tuvieron que dedicarse al juego -que se está transformando en rutina- de leer entre líneas las declaraciones de los dirigentes políticos para interpretar este inesperado retraso. La única indicación ha sido proporcionada por Sousa Franco, presidente en ejercicio del PSD (Partido Social Demócrata). Según Sousa Franco existen dos alternativas: o el jefe de Estado designa un primer ministro y éste se encarga de elaborar el programa del futuro Gobierno y de constituir un equipo ministerial, o el presidente Eanes nombra un mediador, que no será forzosamente el futuro primer ministro, para que ultime las negociaciones con vistas a un acuerdo interpartidos. En el primer caso, el primer ministro dispone de diez días para presentar su programa al Parlamento; si fracasa tendrá que dimitir.
El PSD y el CDS (Centro Democrático Social) anunciaron anticipadamente su oposición a que el Partido Socialista reciba un tratamiento privilegiado en relación con los otros partidos, encargándose de intentar la formación del Gobierno antes de ser formalmente designado el primer ministro. «Los partidos deben salir dignificados de la crisis» -afirmaba ayer Sousa Franco-. «En la oposición o en el Gobierno, pero en pie de igualdad.»
Eanes, en busca de un acuerdo rápido
Presionado por la necesidad de dar una salida rápida a la crisis, el presidente Eanes no puede arriesgarse a una etapa indefinida de negociaciones, y parece decidido a hacer irreversibles los progresos conseguidos hasta ahora en torno de un acuerdo PS-PCP-CDS, o mejor dicho, de dos acuerdos Simultáneos PS-PCP y PS-CDS.
El PSD, ya marginado de hecho ha frenado el desenlace, tal vez para reservarse una última oportunidad de negociación. El acuerdo PS-PCP no planteó serias dudas desde el comienzo de la crisis. El CDS, al aceptar un acuerdo separado -mantiene sólo su negativa a firmar un pacto refrendado también por los comunistas- ha eliminado el principal obstáculo a la solución preferida por los socialistas: un entendimiento simultáneo con las fuerzas a su derecha y a su izquierda, para preservar su posición de árbitro.
El último punto de fricción entre socialistas y centristas habría surgido de la exigencia del CDS de que se incluyan personalidades de primer plano del partido en el nuevo Gobierno.
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