Manifestación popular en el sepelio de Velasco Alvarado
Ayer fueron sepultados en el cementerio El Angel de Lima, los restos mortales del iniciador de la llamada revolución peruana, general de división de la reserva Juan Velasco Alvarado, a quien se rindieron honores de presidente de la República.
Con motivo de las exequias, el régimen militar decretó duelo nacional y dispuso en el último momento que fuera día no laborable en toda la provincia de Lima.Para evitar incidentes políticos, el Gobierno había previsto también que los funerales en la catedral de Lima fueran restringidos a las autoridades nacionales y miembros del cuerpo diplomático. Sin embargo, en forma sorpresiva, cerca de veinte organizaciones sindicales y políticas, encabezadas por la izquierdista Confederación Nacional Agraria, que agrupa a más de tres millones de campesinos, convocaron a obreros, estudiantes y gremios para acompañar el sepelio del ex mandatario (1968-1975), quien durante su Gobierno realizó profundas transformaciones sociales en el Perú.
De esta forma el entierro del general Velasco Alvarado se convirtió inesperadamente en un acto de masas, obligando incluso al Ministerio del Interior a formular un comunicado a la población para mantener orden en el sepelio.
Debido a estas circunstancias se adoptaron inmediatamente nuevas medidas adicionales de seguridad, las que permitieron que los actos se llevaran a cabo normalmente y sin ninguna interferencia.
El general Velasco encabezó en octubre de 1968 un proceso revolucionario de la fuerza armada que derrocó al presidente civil, Fernando Belaunde.
En 1973 Velasco fue intervenido de la rotura de un aneurisma aórtico abdominal que le puso al borde de la muerte y posteriormente se le amputó una pierna. Dos años después, por su conducción personalista del proceso, Velasco fue reemplazado por el actual presidente, general Francisco Morales.
En octubre del año en curso, para evitar otro aneurisma en la aorta torácica, se le practicó otra operación en Estados Unidos. A partir del 13 de diciembre la salud de Velasco empeoró, y se le extirpó un quiste pancreático. Intensas hemorragias internas obligaron a operarle de urgencia más tarde. Muy quebrantada su salud, en la noche del viernes al sábado, se le declaró una septicemia incontenible que le ocasionó la muerte.
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