Nuevas denuncias contra las empresas británicas, en Suráfrica
«Occidente debe elegir entre las inversiones y la vida humana.» Con esta frase del presidente de Zambia, Kenneth Kaunda, finaliza el documental «Trabajando para Gran Bretaña», emitido, por fin, el jueves por la noche por la cadena televisiva británica ITV, después de una gran controversia.El documental, tercero y último de una serie rodada por un productor independiente y titulada «La experiencia surafricana» es un formidable alegato contra las condiciones de trabajo impuestas por algunas grandes compañías británicas, entre ellas la Leyland y la azucarera Tate & Lyle a sus trabajadores negros en Suráfrica.
La dirección de Tate & Lyle decidió ayer querellarse por libelo contra la emisora de televisión. La firma británica, que produce y envasa la casi totalidad del azúcar que se consume aquí, afirma que las imágenes y entrevistas hechas en sus instalaciones de Natal (Africa del Sur) están manipuladas. Las principales alegaciones que se desprenden del documental conciernen a los sueldos de hambre pagados a los trabajadores negros (unas 650 pesetas a la semana), a la falta de asistencia médica para ellos y sus familias y a las miserables condiciones en que viven, con jornadas de hasta catorce horas y sin agua corriente.
La emisión del programa ha levantado una considerable polvareda en los medios informativos, y no se descarta una investigación gubernamental a fondo sobre los procedimientos laborales de las firmas británicas que operan en Africa del Sur. Un debate de más de una hora de duración -que siguió a la proyección del documental -y al que asistieron representantes oficiales del Gobierno surafricano, líderes sindicales negros y espectadores invitados, además del director del filme- desbordó por completo su planteamiento inicial y derivó hacia un proceso público de la presencia británica en Africa del Sur.
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