La réplica de Carrillo

Comenzó diciendo que los comunistas querían evitar el semidebate, y declaró que Fraga había hecho un mal servicio al país, a su partido «y a la propia imagen que empezábamos a tener de él». Insistió en la similitud enfre la intervención de Fraga y la de Gil Robles en los años treinta y dijo que nunca segundas partes fueron buenas, entre otras cosas, porque ahora los que ganaran no serían los de entonces, y sobre todo los que el señor Fraga representa. (Más tarde, el señor Carrillo puntualizó que no había amenazado con una guerra civil, sino advertido de los peligros de una involución.)Manifestó que por un juego diabólico parece que la lucha está entablada entre los trabajadores y las fuerzas de orden público, mientras los verdaderos enemigos del pueblo van a Estados Unidos a decir que no se invierta en España. Se refirió al garriberrismo que proliferó cuando Fraga era ministro «Su señoría -dijo- es especialista en provocar desórdenes. Si tengo que reprochar algo al señor Martín Villa es que parezca discípulo del señor Fraga.» Condenó que parezca más grave el piquete de huelga que las farmaciones paramilitares.

Criticó al Gobierno por haber colocado en Canarias, con responsabilidades parciales, a un hombre caracterizado en Asturias por torturas, en lugar de promocionar a hombres jóvenes para esos puestos. (Una señora del público gritó entonces «¡Paracuellos!»)