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El embajador norteamericano en Lisboa será nombrado subdirector de la CIA

El embajador norteamericano en Lisboa, Frank Carlucci, será nombrado próximamente subdirector de la Agencia Central de Espionaje (CIA), en la que existe una situación tensa desde hace varias semanas, provocada especialmente por los despidos masivos de agentes anunciados por el nuevo director, almirante Stansfield Turner.Carlucci, un diplomático de carrera, de 47 años, fue destinado a la embajada norteamericana en Portugal á principios de 1975, en plena euforia revolucionaria del país vecino. Los grupos políticos izquierdistas portugueses acusaron a Carlucci de estar vinculado a la CIA y de intervenir en los asuntos internos lusos.

Según fuentes oficiales norteamericanas, el nombramiento de Carlucci para el segundo puesto directivo de la agencia de espionaje responde a la necesidad de que este cargo esté ocupado por un civil, ya que el director es militar y no quiso renunciar a tal condición. Además, el almirante Turner se habría negado a ascender a algún otro alto cargo de la CIA para este puesto.

Carlucci y Turner mantuvieron una entrevista recientemente para discutir detalles sobre el nombramiento y, al parecer, el embajador en Portugal habría puesto como condición para aceptar el puesto el tener acceso a las evaluaciones de los informes de espionaje, algo que hasta ahora era competencia exclusiva del director de la CIA. Poco después de que Stansfield Turner llegara a la dirección de la agencia, el subdirector, Henry Knoche, salió de la misma sin que se supiera a ciencia cierta si fue despedido por Turner o dimitido por estar en desacuerdo con las directrices que éste quería imponer a la CIA.

Dada la vinculación de Frank Carlucci a anteriores administraciones republicanas no se descarta que el Partido Demócrata intente boicotear el nombramiento, como ya sucedió en la pasada primavera, cuando Carter pensó nombrar a Carlucci subsecretario del Departamento de Estado. Carlucci ocupó cargos en la Oficina de Presupuestos y en el Ministerio de Salud, Educación y Bienestar, además de una serie de puestos diplomáticos en el extranjero, varios de ellos en lugares «calientes», lo que le valió acusaciones de injerirse en los asuntos internos de los países.

Cuando el ex secretario de Estado Henry Kissinger pidió que se retirara el apoyo de Estados Unidos al Gobierno de Lisboa - en el que tenían influencia entonces los comunistas - Carlucci se opuso a tal postura. El embajador norteamericano llegará a la CIA en un momento en que existe una notable oposición interna al almirante Turner, a quien se acusa de estar debilitando la agencia de espionaje. Unos ochocientos agentes serán despedidos en el plazo de un año, según los planes de Turner. Ayer se reveló que Turner ha incorporado a su hijo, un teniente de marina, a los trabajos de la agencia, lo que le ha valido nuevas críticas.

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