_
_
_
_
Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Contra el trasvase Tajo-Segura

El pasado día 13 apareció en este mismo espacio un artículo titulado En defensa del trasvase Tajo-Segura firmado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Murcia. En él se exponía una serie de argumentaciones intentando demostrar lo razonable de consumar dicho proyecto. Nuestro punto de vista es obviamente contrario y lo fundamentamos sobre el mismo cuadro de análisis que se seguía en el artículo citado.Razón histórico-política

Comienza y termina el artículo aludiendo a que son «pequeños y particulares intereses de grupo » los que se oponen a la consumación del trasvase. Podemos afirmar que, al menos en la provincia de Toledo, lo que existe es un unánime e indignado clamor popular adverso a un proyecto que puede hipotecar su futuro. Esta indignación crece al pensar que si la aprobación del trasvase fue posible en los años 67-68, ello se debió a la, forma autoritaria del Estado anterior, que impuso, sin el necesario debate, una obra más que dudosa en muchísimos aspectos. No creemos que la sociedad española y el Gobierno actuales deban responsabilizarse de los errores cometidos por un Estado cuyo aparato dictatorial fue rechazado por las urnas el pasado 15 de junio.

Por otra parte, resulta pintoresco que en pleno proceso de instauración de un Estado de autonomías se limiten de hecho las posibilidades de progreso de una región como la cuenca del Tajo, imponiéndole una servidumbre al detraerIe un bien natural precioso como es el agua. Lo que queremos decir es que en el artículo citado no aparece ni una sola vez una consideración mínima a una región que, aunque central no es centralista, sino más bien marginada y víctima entre las primeras del desarrollismo monopolista y concentrador del régimen franquista..

Rentabilidad agraria

Más de la mitad del trabajo que comentamos centra su atención en, resaltar Ia importancia a nivel nacional de evitar en la mayor medida posible importaciones de productos agrarios, y en poner de relieve la rentabilidad agraria de esta obra.

Afirmamos que desde la cuenca del Tajo nadie ha cuestionado nunca la necesidad apremiante del autoabastecimiento de materias primas, la exigencia en términos de economía global, de ser cada vez menos dependientes de las importaciones, por lo que ello comporta de saneamiento de nuestra balanza comercial en un capítulo tan básico como el de los productos agrarios. Esa cuestión jamás se ha discutido, y es importante resaltarlo ahora cuando puede existir la tentación de interpretar nuestra postura como insolidaria o intransigente.

Lo que aquí se ha puesto y se sigue poniendo en tela de juicio es que dicha política se lleve a cabo creando deseconomías internas y potenciando dependencias de unas regiones respecto de otras, lo cual es evidentemente diferente.

Pero es que además resulta demostrable -y vamos a hacerlo- que la provincia de Toledo puede incorporar tanta o más rentabilidad que las tierras del sureste con los regadíos que podrían ser explotados usando las aguas que se pretenden trasvasar. En efecto: comparando los productos agrarios en que actualmente somos más deficitarios, como son cereales-piensos, forrajes y remolacha azucarera, tenemos que son superiores las producciones por hectárea de los actuales regadíos toledanos respecto a los murcianos. Revisando los datos recogidos en el Anuario de Estadística Agraria (años 72, 73, 74 y 75) publicado por el Ministerio de Agricultura, nos encontramos con que las producciones unitarias de cebada, maíz grano y forrajero, remolacha azucarera y forrajera, soja, sorgo y veza forrajera son superiores en rendimiento por hectárea y en todos los años. Por ello, aun no dudando de la superioridad de las tierras murcianas en relación con las francesas para este tipo de cultivos, como se dice en el artículo, tenemos que negar rotundamente esa relación de superioridad referida a Toledo que, casualmente, puede disponer de ese agua a pie de riego. No en balde estas apreciaciones pertenecen a un informe que la FAO redactó sobre el desarrollo de la agricultura en España que, en 1966, (recuérdese, antes de aprobar el trasvase) decía textualmente: «Vega del Tajo: inmejorable para pastos de regadío y cultivos, forrajeros para la producción de ganado», frente a: «Tierras del sureste: suelos de baja calidad para este tipo de cultivos.» En definitiva, en el año 1967 cierta arrogante ignorancia desoyó predicciones de competentes organismos internacionales que han resultado proféticas. Se puede exigir, por tanto, a quienquiera que intervenga en este debate que maneje los datos estadísticos con el rigor responsable que la opinión pública merece. A este respecto, el artículo en cuestión cita textualmente: « En tomate es frecuente conseguir hasta 80.000 kilogramos/ hectárea », cuando el referido Anuario de Estadística Agraria da para la provincia de Murcia las siguientes cifras de producción de tomate por hectárea: 21.607 kilogramos (1972), 24.240 kilogramos (1973) y 26.630 kilogramos (1975). Curiosamente, para esos mismos años y para el mismo producto, Toledo arrojaba estas cifras: 27.000, 3 5.000 y 27.000. Aunque el ejemplo aducido por los articulistas murcianos no sea precisamente afortunado para defender la excelencia de sus tierras en productos hortícolas, hemos de admitir que en la mayoría de éstos sus producciones superan a las nuestras, pero remitiéndonos de nuevo al citado informe de la FAO recordemos la siguiente cita: «El más difícil objetivo de producción con que se enfrenta la agricultura española durante la próxima década es la de doblar virtualmente la producción de carne, particularmente la de novillo y ternera, junto con la expansión asociada de granos para piensos, forrajes y superficies de pastos mejorados.» Traducido en pesetas en el año 1975 el déficit de la balanza agraria en estos apartados se situaba en 60.000 millones. Es decir, no dudando de la capacidad murciana de producción hortícola, sí dudamos de que sea ese el tipo de producto que el país necesite prioritariamente.

Desequibrio regional Sorprendentemente se hace alusión «a la necesidad urgente de llevar a cabo una planificación territorial», y en ello hemos de afirmar nuestra total coincidencia de criterio. Sin embargo, se olvida que es hoy doctrina de común uso entre los planificadores el fijar como objetivos -básicos de esa ordenación -territorial, no sólo el abastecimiento de materias primas, sino también la reducción de los procesos migratorios, la adecuación de la oferta a la demanda recreativa y la conservación de un cierto nivel de stocks ecológicos, entre los que un eje fluvial de esta categoría es un objetivo conservacionista de primera magnitud. Al referirse a.los movimientos migratorios, el trabajo que comentamos nos sume en gran perplejidad, no comprendiendo cuáles han sido las fuentes de información utilizadas, cuando se ignora que Murcia figura entre las dieciséis provincias españolas con saldo migratorio positivo (Informe General del Medio Ambiente en España. CIMA). Respecto al caso de Almería nos parece un argumento oportunista, pues, entre otras cosas, existen serias dudas de que el agua del Tajo vaya a llegar a dicha provincia. Tampoco entendemos cómo se alude el dato de que, a la fecha de 1965, mientras Murcia arrojaba una densidad de 72 habitantes por kilómetro cuadrado, Toledo se situaba en 31 habitantes por kilómetro cuadrado, teniendo un reflejo en parámetros económicos tal, que el porcentaje de la renta provincial murciana sobre la media nacionalera de 1,86, mientras que Toledo tenía que conformarse con el 1,07 (Doce años de Planes Provinciales. Presidencia del Gobierno).

Parece, por tanto, patente que si el trasvase se hubiese planteado como alternativa posible en el marco de una política de ordenación territorial coherente, no hubiese sido viable, por evidenciar una falta de equidad en la que la redistribución de recursos hidráulicos no iba acompañada de una redistribución de recursos económicos.

Ecología

Si finalmente entramos en el análisis de conservación de activos ecológicos del patrimonio medioambiental común llegamos al punto de más extrema gravedad de nuestra réplica: el río Tajo arroja hoy niveles de contaminación, tanto salina como orgánica, que le sitúan a la cabeza de la polución mundial en ríos de su categoría. La detracción de cualquier caudal en las actuales. condiciones de degradación biológica del río sería equivalente a convertirlo en una cloaca. Si nuestra dependencia de Madrid y su área metropolitana en materia de aguas nos coloca en tan extremo grado de servidumbre, aumentarla con una nueva dependencia que sustrae las aguas de cabecera, las de mejor calidad biológica y energética, sería un error y una injusticia de dimensión histórica sin precedentes.

Si a ello se une lo que supone la alteración de un ecosistema completo, y el consiguiente y ya comprobado impacto altamente negativo sobre la propia salubridad humana, se comprende que el empeño de trasvasar las aguas puede en lo sucesivo conformarse como una decisión anticonstitucional si, como parece, el proyecto de Constitución contempla -la defensa -medioambiental como un derecho y un deber de los ciudadanos.

Resumiendo: hay que tener el valor de decirle al pueblo español, desinformado en su día, y a los ciudadanos del sureste, falsamente ilusionados, que hay obras como el trasvase Tajo-Segura, que si bien, técnicamente se han mostrado como «realizables», suponen política, económica y ecológicamente un error de colosal dimensión. Decir esto es un gesto de honestidad política que, a nuestro juicio, se puede exigir de un Gobierno y de una Oposición responsables.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_