Desorientación sobre el Ejército
Vengo observando una cierta desorientación en la mayor parte de las opiniones que sobre el Ejército y sus problemas se están publicando últimamente en la prensa, desorientación comprensible hasta cierto punto, pero no por ello menos preocupante y que en buen número de ocasiones puede conducir a la comisión de errores importantes, ya sea de carácter general o bien de tipo particular o personal, que desorientan a la opinión pública sobre el carácter de instituciones, en unos casos, y de personas, en otros.Antonio Sánchez Gijón dice en su articulo «La conducción de la reforma militar, en tela de juicio» (EL PAÍS, 8-12-77), que mi padre, Félix Alvarez-Arenas Pacheco, teniente general y ex ministro del extinguido Departamento, fue separado de la dirección de la Escuela Superior del Ejército por un comentario jue el propio Sánchez. Gijón caliica de petulante, y que transcribe como «comparativo sobre la necesidad de aplicar hoy día, para la unidad interna del Ejército, los criterios contenidos en el discurso de Franco de despedida de la Academia General de Zaragoza, cuando la cerró la República ».
Demuestra el autor del artículo, en este punto, una total falta de información. Porque el comentario al que. se refiere, en primer lugar, no fue tal, sino parte de su alocución de despedida de la Escuela Superior del Ejército cuando, y por ello se despedía, cesó en el mando de la misma. En ningún caso, pues, esta alocución pudo ser causa de su cese en el mando de la Escuela.
Por otro lado, la alocución no tuvo nada de petulante; fue simplemente una llamada a la disciplina, poniendo por delante la suya él mismo para que todo el Ejército español firmemente unido obedeciera incondicionalmente al Rey, incluso en aquello que pudiera parecer contrario a lo que el corazón de cada miembro del Ejército pudiera mandarle a cada uno.
Si a Antonio Sánchez Gijón esto le parece petulante, está en su derecho; quizá si hubiera estado presente en el acto de despedida y conocido, por tanto, la realidad de los hechos, su comentario hubiera sido distinto.
En cualquier caso, la calificación es plenamente subjetiva. Lo que no lo es, es el error sobre unos hechos.
Abogado
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