Aumenta la oposición de los liberales británicos a la alianza con el Gobierno
El Partido Liberal británico se reunirá el próximo 21 de enero en una asamblea especial para decidir el futuro de su pacto con el laborismo y elaborar, en su caso, una estrategia electoral propia. El comité del partido, su máximo organismo político, aprobará la semana entrante la resolución que será sometida a debate en la asamblea.La posición del jefe liberal, David Steel, parece muy delicada. Su criterio de mantener a ultranza la alianza con el partido gobernante -a pesar de la severa derrota sufrida en los Comunes por el proyecto de elecciones al Parlamento Europeo por el sistema proporcional-, encuentra creciente oposición entre los propios parlamentarios del grupo y la abierta hostilidad de numerosos liberales de la base, para los cuales el primer ministro, Callaghan, no ha cesado de humillar al pequeño, partido en los nueve meses de vigencia del pacto.
Ayer, sin embargo, y mientras los representantes liberales en la Cámara de los Lores se pronunciaban con rara unanimidad contra la prórroga de la alianza, un sondeo de opinión publicado por el diario conservador Daily Telegraph revelaba que aumenta el número de británicos que consideran bueno para el país el apoyo liberal, al Gabinete Callaghan.
Aunque no ha habido comentarios oficiales tras la votación parlamentaria que puso fin a las ilusiones liberales de estar representados en el Parlamento de Europa, al aprobar el sistema de mayoría simple (por lo cual exigían el sistema proporcional), se da por seguro que Callaghan ve con aprensión la asamblea especial del tercer partido inglés que de hecho va a suponer el sometimiento del primer ministro a una votación de confianza.
Peligro de elecciones
El triunfo de los rupturistas liberales que acarrearía la dimisión del jefe liberal, obligaría al primer ministro a maniobras políticas de envergadura para intentar evitar la convocatoria de elecciones generales en un momento inconveniente para los laboristas.Callaghan prefiere reservarse para sí la decisión de forzar elecciones generales y evitar así ser la víctima de las inacabables dificultades liberales. Sobre todo cuando la rápida recuperación de la economía británica -el jueves se hizo público el cuarto superávit, consecutivo de la balanza de pagos y un informe del canciller del Tesoro preveía ayer que este país se liberará en los próximos meses de la tutela del Fondo Monetario Internacional- reduce cada día, en favor de los laboristas. el reciente fondo que les separaba de los conservadores en la opinión pública británica.
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