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El abanderamiento de buques extranjeros en España puede dañar a los astilleros

Un decreto sobre abanderamiento de buques extranjeros en España y, alternativamente, españoles en el, extranjero, ha causado alarma entre los constructores navales, por las consecuencias que para. la difícil situación que actualmente atraviesan los astilleros puede comportar.El decreto, que fue aprobado por el Gobierno en el anterior Consejo de Ministros -9 de diciembre- y todavía no ha aparecido publicado en el Boletín Oficial del Estado, autoriza a los armadores españoles el arrendamiento de buques de pabellón extranjero, previa solicitud cursada a la Subsecretaría de Marina Mercante del Ministerio- de Transportes. Según el proyecto, las autorizaciones se otorgarán «cuando la conveniencia y utilidad del interés nacional lo aconsejen, oído el Consejo Ordenador de Transportes Marítimos y Pesca Marítima». El espíritu de la disposición deja en manos de la Subsecretaría la decisión absoluta, iniciándose, posteriormente, la tramitación oportuna ante el Ministerio de Comercio, a efectos de las licencias de importación pertinentes. En cuanto a los buques que sean abanderados en el extranjero, el proyecto de decreto señala que estarán libres del pago de derechos arancelarios en la reimportación.

Fuentes del sector astilleros consideran que la disposición provocará un envejecimiento progresivo de la flota española, por cuanto supone un estímulo a la no contratación de nuevos buques, ya que la cantidad de barcos amarrados actualmente en los mercados internacionales faculta la importación a, muy bajo costo. Ello permitirá, además, un margen coyuntural considerable para los armadores, especialmente en los, fletes protegidos, ya que el arrendamiento quedará por debajo del flete percibido. Los mismos medios estiman que tal y corno se establecen las normas de abanderamiento temporal, resultará muy fácil que éste se convierta en ilimitado, con el consiguiente agravamiento de las consecuencias expuestas para la industria de construcción naval.

Finalmente, los constructores navales reiteran su disgusto por la elevación del interés -al 11 %-, aplicada al concurso de ayuda a los, astilleros, que preveía la construcción de buques por un registro global de un millón de toneladas. Según los dirigentes del sector, esta elevación sentencia definitivamente el propio concurso, que ha tropezado con enormes dificultades desde el momento mismo de su convocatoria.

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