Jordania no participará en las conversaciones de El Cairo

, ENVIADO ESPECIAL, La noticia de que Jordania no participará el miércoles en la conferencia de El Cairo causó ayer gran decepción en la capital egipcia, donde continúan los preparativos para la histórica reunión cuatripartita conocida ya como la Conferencia de las pirámides. El rey Hussein anunció personalmente la negativa de su país tras las conversaciones mantenidas ayer en Animan con el secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, en gira actualmente por las capitales de Oriente Próximo.

Centenares de pancartas que elogian a Sadat y aplauden sus iniciativas ondean en el centro de El Cairo iluminadas por miles de bombillas multicolores. La capital egipcia se dispone a recibir al enemigo con todos los honores, y espera que los israelíes traigan en la cartera algo más que buenas palabras.En la capital del Nilo se considera que la suerte está echada, venga quien venga ala convocatoria de Sadat, que cuenta ya con la presencia de Estados Unidos, de las Naciones Unidas (representadas por el general de las fuerzas pacificadoras de Oriente Próximo, el holandés Ensio Sülasvuo, de quien se dice que podría presidir la reunión), Israel y Egipto.

A los cuatro participantes, cuyo nivel de representatividad aún no ha sido acordado - los egipcios sueñan con ver por las calles de El Cairo al general Dayan-, se ha sumado como observador el Estado del Vaticano, que ha enviado a Egipto a monseñor Monterisi con un «mensaje de paz».

Este quinto «convidado de piedra» parece que será el último, a la vista de los pobres resultados conseguidos por Vance en Ammán y que deberán repetirse hoy en Siria. En Jordania, Vance obtuvo el «no» definitivo del rey Hussein a la reunión de El Cairo y una frase lacónica de «quizá más adelante, posiblemente en Ginebra».

Mientras, técnicos y servicios de seguridad cairotas dan los últimos retoques al escenario de la conferencia de las pirámides, a celebrarse en el hotel Mena House, un edificio de estilo árabe construido para la inauguración del canal de Suez por la emperatriz Eugenia.

La delegación israelí, que llegará hoy, tendrá habitaciones especiales desde las que se puede contemplarla enorme pirámide de Keops. Una vez instalados en el hotel, la delegación judía celebrará una reunión previa con los otros tres participantes en la conferencia para estudiar el orden del día y los objetivos de la misma, sobre los que muchos observadores aseguran que ya están negociados en secreto y que incluyen una especie de «plan Sadat» para la paz, para ser ultimados en la Conferencia de Ginebra.

Para el miércoles; día «D», todo estará listo. A primeras horas de la mañana habrá una sesión solemne inaugural de media hora y luego se iniciará, a puerta cerrada, el debate de fondo. Cuando se cierren las puertas de la sala de reuniones,¡ habrá comenzado una reunión l histórica seguida por el mundo, entero y transmitida, desde El Cairo, por cerca de mil periodistas, entre los que decenas de informadores israelíes constituyen, con su presencia, otro miniespectáculo por su locuacidad y por las extremas medidas de seguridad a que se ven sometidos. La sombra de un atentado plena sobre la conferencia de las pirámides.