La participación de los comunistas italianos en el Gobierno, tema de análisis para inversores extranjeros

Representantes de Business International, la organización que agrupa a 170 de las principales sociedades industriales y financieras de Occidente, desarrollan una «mesa redonda» sobre las inversiones en Italia.

En la reunión participa el presidente del Consejo de Ministros italiano, Giulio Andreotti, y casi todos los secretarios de los partidos políticos y líderes sindicales y empresariales italianos. Estas sesiones se organizan a puerta cerrada.La preocupación de fondo de los hombres de negocios occidentales se manifiesta en un cuestionario que previamente enviaron a las tres grandes centrales sindicales. Entre otras preguntas destaca: «Si el Partido Comunista entrara en el Gobierno, ¿podría determinarse en Italia una paz o tregua industrial? El sindicato, ¿se da cuenta de que las inversiones extranjeras pueden ser atraídas a Italia sólo si existe una razonable expectativa de realizar ganancias? ¿El sindicato puede o se propone hacer algo contra "las ingerencias políticas" y las "prácticas mafiosas" que con frecuencia aumentan sustancialmente los costes para los empresarios que operan en el sur de Italia?»

A los empresarios norteamericanos les preocupa sobre todo si la disminución de huelgas constatada este año persistirá en el futuro. No es posible seguir pidiendo inversiones y al mismo tiempo proclamar huelgas. También quieren saber los americanos si en el próximo decenio se realizarán progresos en el problema de la cogestión empresarial o participación de los obreros en la dirección. Recientemente, los sindicatos se opusieron a la compra por parte americana de la industria pública Condotte. A causa de una huelga no justificada en los Altos Hornos de la Italsider, de Tarento, en el sur del país, se provocaron daños en un alto horno con graves repercusiones.

La participación de toda la clase política italiana en la mesa redonda es un indicio del interés que el mundillo de los negocios occidentales presta al «caso italiano» y a la posibilidad de que los comunistas participen un día no lejano en el poder.

En otro orden de cosas hay, que señalar que la línea de medidas radicales para sanear la delicada situación de la economía italiana, adoptada por el Gobierno, sufrirá una confrontación decisiva el 5 de diciembre, en el curso del encuentro entre el primer ministro, Giulio Andreotti y los líderes de las centrales obreras. Los sindicatos han amenazado que si no salen satisfechos de la entrevista con el primer ministro convocarán inmediatamente una huelga general en el país.