El martés se firma el tratado que sustituye al Pacto Ibérico

Los primeros ministros de España y Portugal, Adolfo Suárez y Mario Soares -respectivamente- filmarán, el proximo martes día 22, en Madrid, un nuevo Tratado de Amistad y Cooperación que sustituirá al Pacto Ibérico vigente, que Franco y Salazar suscribieron en 1939.

El primer ministro lusitano, que inicia el lunes una visita oficial a España de tres días de duración, será acogido en el aeropuerto de Barajas por el presidente Suárez, con quien mantendrá varias conversaciones y dos cenas oficiales. Por otra parte, Soares será recibido en el palacio de La Zarzuela por el rey Juan Carlos y visitará, durante su estancia en Madrid, al presidente de las Cortes, señor Hernández Gil, y a los del Congreso y el Senado, señores Alvarez de Miranda y Fontán.El lunes por la tarde, el primer ministro portugués inaugurará en el Palacio de Congresos una exposición cultural lusitana. Soares, que abandonará Madrid con destino a Lisboa el miércoles, conversará durante su estancia en la capital española con dirigentes de la oposición de izquierda.

Las características del nuevo documento -informa nuestta corresponsal en Lisboa, Nicole Guardiola- vienen definidas por la expresión de «Tratado-Marco». Quiere decir que no se entra en la regulación de las distintas materias susceptibles de desarrollos.

Con todo, el tratado de paz y amistad enumera los campos en que el estrechamiento y desarrollo de los intercambios es deseado: económico, cultural, científico y técnico. Especial tratamiento merecen todos; los problemas que dependen de la situación fronteriza y la cooperación militar.

También se prevé la posterior institucionalización de las relaciones mediante la creación de los instrumentos adecuados, posible omismente la creación de una comisión mixta.

El nuevo tratado viene a sustituir el Pacto Ibérico, firmado por Franco y Salazar el 17 de marzo de 1939. A diferencia de lo que se repitió insistentemente, el tratado de «amistad y no agresión no era un acuerdo entre regímenes políticos, y era muy corto, constando de sólo seis artículos. Sin embargo, su finalidad principal, que era evitar que, en caso de conflicto, uno u otro de los dos países pudiese servir de base de ataque Contra el vecino, lo que revestía de especial importaticia política para el entonces recién consolidado régimen franquista. Portugal, con sus alianzas tradicionales con las democracias occidentales, y en particular con Inglaterra, daba al Pacto Ibérico una garantía de no hostilización a partir de su frontera terrestre».