El Polisario y Argel quieren de Francia algo más que "buenas palabras"
Una tendencia dura dentro del Polisario y del Gobierno argelino, partidaria de obtener de Francia condiciones de peso, estaría retrasando las negociaciones reanudadas el lunes en Argel entre el diplomático francés Claude Chayet y los responsables saharauis para la liberación de ocho técnicos galos capturados en Mauritania a finales del mes pasado, informaron ayer fuentes solventes.
Ayer por la tarde se tenía la impresión, en círculos políticos de París, de que la liberación de los técnicos franceses en poder del Polisario era cuestión de horas. Esa impresión estaba avalada por el hecho de que las informaciones oficiales francesas habían señalado, la semana pasada, que el Polisario había retirado sus condiciones previas para la negociación.Aparentemente, los guerrilleros saharauis habían exigido a Francia, además de un reconocimiento tácito del Polisario una información de las autoridades mauritanas sobre el número y la identidad de los guerrilleros del Frente en poder del Gobierno de Nuakchot.
La existencia de tales condiciones fue desmentida, sin embargo, en una entrevista concedida el sábado a EL PAIS por el ministro de Información de la República Arabe Saharaui Democrática. Uld Salek. En la misma entrevista, Salek, que interviene directamente en las negociaciones, se declaraba moderadamente optimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo con Chayet. Salek tuvo, por otra parte, palabras extraordinariamente duras contra Francia, a quien acusó de ayudar a Marruecos y Mauritania a «exterminar a nuestro pueblo».
Según fuentes saharauis, el Polisario habría apreciado, en la segunda ronda de conversaciones, iniciada el lunes, una evolución francesa «hacia una mejor comprensión del problema del conflicto del Sahara occidental». Sectores intransigentes del Frente Polisario insisten, sin embargo, en obtener de Francia «algo más que buenas palabras» a cambio de la liberación de los técnicos galos en su poder.
Frente a esta posición, la postura oficial francesa, explicada la semana pasada por el ministro de Asuntos Exteriores, Louis de Guiringaud, ante la Asamblea Nacional, es la de «no aceptar ningún tipo de chantaje».
Mediador egipcio
Ayer, por otra parte, llegó a la capital francesa el vicepresidente egipcio, Hosni Mubarak, que durante el fin de semana había mantenido conversaciones con el rey Hassan II de Marruecos y con el presidente argelino, Huari Bumedian. Mubarak declaró en París que tratará de mediar en el asunto de los rehenes franceses y afirmó que Bumedian le había prometido aconsejar al Polisario que «este asunto pueda solucionarse de forma humanitaria».Sin embargo, y según otras informaciones, la negativa de los egipcios y otros mediadores árabes a situar al Polisario en el esquema negociador, condición exigida por Argel, frustra cualquier intento de mediación.
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