La huelga de aeropuertos genera un conflicto político
Después de tres días de huelga que paralizó totalmente los aeropuertos españoles y originó unas pérdidas estimadas en torno a los 3.000 millones de pesetas, las reivindicaciones del personal civil de la Subsecretaría de Aviación Civil que originaron el conflicto continúan sin ser atendidas.
Junto a la amenaza de un nuevo paro, esta vez de veinticuatro horas, convocado para el próximo día 18, si antes no satisface la Administración las peticiones de los huelguistas, el saldo final del conflicto ofrece una vertiente totalmente política, en la que además de la viabilidad del pacto de la Moncloa, está en juego la permanencia en el Departamento de Transportes de su titular, José Lladó.A las ocho de la mañana de ayer, tal como estaba previsto y una vez consumidas las tres jornadas de paro convocadas en apoyo de sus reivindicaciones, los 11.500 trabajadores de Aviación Civil se reincorporaron a sus puestos. La jornada de ayer, junto con la normalidad laboral en todos los aeropuertos españoles, se caracterizó por la ausencia de noticias en torno a los aspectos laborales del conflicto, sobre cuya solución no aparece ningún indicio, por lo que el pato del próximo día 18 parece inevitable.
En cuanto al aspecto político en que ha concluido la postura de fuerza de este colectivo, las posiciones implicadas en la interpretación económica del
conflicto ofrecen diferentes versiones. Mientras el sector económico del Gobierno parece indicar que nunca ha existido un compromiso de atender las peticiones de los huelguistas, fuentes oficiosas del Ministerio de Transportes han señalado, a preguntas de EL PAIS, que su departamento había contraído un compromiso ético con los trabajadores para satisfacer sus reivindicaciones. En la tramitación de éstas es donde habrían surgido las dificultades, ya que el Gobierno consideró que colisionaban con el contenido del pacto de la Moncloa.
Esta misma mañana, el ministro Lladó se reúne nuevamente con la comisión negociadora de los trabajadores, aunque este nuevo contacto -parece que no puede hablarse de negociación- se presenta como inútil, toda vez que, según ha podido saber EL PAIS en medios bien informados, en la reunión mantenida por el secretario general del PSOE con el presidente Suárez -en presencia de los vicepresidentes económico y político y el ministro de Transportes- no se encontró solución al conflicto.
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