Optimismo en París sobre la liberación de los rehenes
En París se considera verosímil la liberación -más o menos inmediata- de los rehenes franceses en manos del Polisario; de igual manera, a la vista de los elementos múltiples y complejos que componen la crisis del norte de Africa, y a pesar de la escalada verbal entre Rabat y Argel, ya empiezan a apreciarse síntomas de desbloqueo de la situación.
En este sentido, ayer a las seis de la tarde Claude Chayet, negociador del Gobierno de París, se reunió en Argel con Uld Shalad, encargado de las relaciones exteriores del Polisario.
El ministro francés de Asuntos Exteriores precisó una vez más la posición del Gobierno galo -que consiste en no mezclar la suerte de los rehenes al problema político planteado por la crisis del Sahara-.
En el plano político global, enconado por las perspectivas bélicas entre Rabat y Argel, cabría reseñar la interpretación que le han dado aquí a las últimas declaraciones del monarca marroquí y a la actividad del Gobierno argelino. En general, se estimaba que el rey Hassan II, en su rueda de prensa de anteayer, se manifestó prudente. Tal actitud, como la francesa, la argelina y la mauritana, a lo largo de la crisis, se explicarían como consecuencia de la intervención de Estados Unidos; en medios oficiosos franceses no se niega que, hace ya dos semanas, Washington se dirigió a París para prevenirlo contra toda intervención susceptible de comprometer al Gobierno de Argel.
El propio presidente Carter temería que Marruecos, gracias al Sahara occidental, se convirtiese en el dueño mundial absoluto del mercado de los fosfatos.
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