Buenas expectativas tras la visita de los Reyes a Arabia Saudita

En esta ocasión todo parece indicar que España ha puesto una pica en Arabia Saudita. La misión oficial que presidida por el Rey ha permanecido tres días en Riad y mantenido contactos al más alto nivel con las autoridades sauditas parece haber coronado con éxito sus objetivos iniciales. La cuestión ahora consiste en que el seguimiento de lo comenzado estos días en Riad sea serio y perseverante y que las autoridades sepan transmitir a los sectores privados las características y posibilidades existentes en Arabia.

El pasado domingo, cuando los periodistas nos reuniamos en Riad,con los dos ministros españoles, señores Oreja y Oliart, pudimos comprobar la prudencia y moderación de sus opiniones. No había optimismo inicial sobre los resultados concretos de la visita. «Este es un país dificil», «no se pueden hacer cosas espectaculares».... en estos términos la representación oficial española comentaba los resultados previsibles de la misión. En este caso, en contra de lo que es habitual, el optimismo no era el estilo predominante. En conversaciones privadas se notaba entre miembros de la misión española una cierta sensación de que el viaje era improvisado y de que la competencia en el mercado saudita era prácticamente inalcanzable para España que, inexplicablemente, ha perdido cuando menos cuatro años en la carrera de penetración comercial en este rico, poderoso y sorprendente país.La embajada, casi despoblada

Como botón de muestra de esta pérdida de tiempo basta con señalar que la embajada española en Arabia Saudita está compuesta por tres personas, que no disponen siquiera de una línea de telex, y que el agregado comercial está compartido con la embajada en Egipto y otros países del área. Esta situación se produce con un país como Arabia Saudita, que es nuestro tercer vendedor en cuanto a volumen de actividad -este año superaremos los 1.900 millones de dólares en importaciones-, y nuestro primer acreedor mundial. Al mismo tiempo, hay que señalar que.el sector público saudita proyecta gastar en el quinquenio 76-80 .más de once billones de pesetas, lo que. le convierte en uno de los campos de penetración más importantes del mundo.

El panorama dela misión comenzó a cambiar de signo al contemplar el nivel de le delegación saudita que se sentó a la mesa de negociaciones con los españoles. El rey, el viceprimer ministro, el vicesegundo ministro, el ministro de Defensa (número uno, dos, tres y cuatro del reino), el ministro de Finanzas, el de Planificación, el de Industria, primera línea de los técnicos se sentaron frente a la misión española.

El rey Juan Carlos, en opinion de fuentes poco sospechosas de adulación, ha jugado un papel importante a la hora de centrar los temas, concretar los resultados finales y fijar las líneas de comportamiento futuro.

Constitución del Banco Hispano-Saudita

Como ya indicábamos en la, crónica de ayer, dos son los temas básicos de lo planteado estos días: la creación del Banco Hispano-Saudita y la constitución de la comisión mixta a nivel de ministros. Ambos instrumentos, si realmente llegan a operar eficazmente y si las empresas españolas descubren Arabia Saudita, serán básicos para obtener una cuota de mercado respetable en este país.

La concreción definitiva, tanto del banco como de la comisión mixta será tema a tratar en los próximos meses a lo largo de la visita que realizará el ministro de Comercio saudita a España antes de fin de año y de los contactos que se mantendrán a nivel de autoridades monetarias para la constitución del banco.

Apenas ningún resultado tangible

Resultados concretos y tangibles del viaje apenas podemos contar con ninguno, lo importante son las posibilidades reales abiertas para la exportación española. En estos momentos, si se sigue negociando con éxito con los sauditas y no faltan ofertas realmente competitivas, el camino hacia este país está abierto. Falta comprobar si las autoridades oficiales son capaces de transmitir a las empresas orientaciones e información y si éstas están dispuestas a competir en precios y calidades ante un cliente experto, exigente y poderoso. Al regresar de Riad, el ministro español de Asuntos Exteriores señalaba, en una conversación informal con el grupo de periodistas que acompañó a la misión española, la necesidad de intensificar la colaboración entre los distintos estamentos de la Administración a la hora de coordinar la política exterior que tiene frentes interrelacionados en lo económico, lo comercial y lo diplomático. Exteriores, decía el señor Oreja, debe servir como planta de lanzamiento y aterrizaje de iniciativas y actividades de los distintos frentes; hay que potenciar nuestros cuerpos en el exterior, pero también hay que intensificar la coordinación de los mismos, decía el ministro de Asuntos Exteriores. La idea de que en la diplomacia es fundamental intensificar las relaciones económicas -vender en definitiva-, parece que constituye una preocupación de nuestros representantes en el exterior.