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Justificada ausencia

El cambio del árbitro austríaco Linnemayer por el francés Wurtz para dirigir el España-Rumania, de mañana, produjo ayer una cierta conmoción. Se pensó que Linnemayer, cuyas actuaciones habían sido siempre bien calificadas por dirigentes y periodistas españoles, había sido sustituido para evitar las suspicacias a las que había dado lugar con sus declaraciones el seleccionador rumano Stefan Kovacs. No hubo mar de fondo en la decisión.El señor Linnemayer ha sido suplido a petición propia y por una lamentable circunstancia personal: ha fallecido su hija. El motivo no puede ser más justificado.

Linnemayer ha dirigido encuentros tanto a la selección nacional como a clubs españoles y su labor siempre ha sido meritoria. Pese a la agresión que sufriera en el Bernabéu, en aquel famoso Madrid-Borussia, su actitud respecto al fútbol español continuó siendo respetuosa.

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