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Duros ataques a Suárez en la manifestación de Fuerza Nueva en Madrid

Cien mil personas -unas 50.000 según Cifra, 75.000 según Logos, 150.000 según Europa Press y un millón según los organizadores participaron en la tarde de ayer en la manifestación convocada en Madrid por el partido de extrema derecha Fuerza Nueva «contra el terrorismo, la división de España y el caos económico». A la manifestación se adhirieron Falange Española de las JONS, que dirige Raimundo Fernández-Cuesta, y la Confederación Nacional de Combatientes, cuyo órgano oficial, El Alcázar, mostraba ayer su «absoluta simpatía» a la convocatoria.Entre los manifestantes abundaban las personas mayores de cincuenta años y los jóvenes de menos de veinte, muchos de ellos uniformados con camisa azul y boina roja. El principal blanco de los manifestantes fueron el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y su política, según se deduce de los gritos y eslóganes que constantemente repetían los manifestantes. La vigilancia de la Policía Armada y de la Municipal fue similar, según fuentes del Gobierno Civil de Madrid, a la de otras manifestaciones.

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Cien mil personas en la manifestación de Fuerza Nueva en Madrid

(Viene de la primera página)La manifestación partió del corazón mismo del residencial barrio de Salamanca -esquina de la calle de Núñez de Balboa con la de Goya, junto a la sede de Fuerza Nueva- y avanzó por la calle de Alcalá hasta la plaza de Manuel Becerra.

Abrían la manifestación jóvenes motorizados y de a pie con indumentaria falangista y paramilitar en muchos casos -guantes, cascos, botas- detrás de un coche de la Policía Municipal y de un jeep de los manifestantes que, con un sistema de megafonía, transmitía constantemente consignas, canciones falangistas y algunas militares, a la vez que breves soflamas contra el actual signo de la política española.

La manifestación propiamente dicha iba encabezada por conocidos políticos de extrema derecha: Blas Piñar, Raimundo Fernández Cuesta, José Utrera Molina, Roberto Reyes, Juan García Carrés, Manuel Valdés Larrañaga, marqués de la Florida, y otros. Tras ellos, la masa de manifestantes iba dividida en grupos, a una distancia de cincuenta a cien metros, encabezados cada uno de ellos por jóvenes de ambos sexos uniformados y que portaban banderas nacionales, falangistas y tradicionalistas.

Durante el trayecto fueron continuos los gritos y eslóganes versificados lanzados al aire desde el Jeep con sistema de megafonía y que iban repitiendo los distintos grupos de manifestantes. Predominaban los gritos hostiles al Gobierno y a su presidente, con frases insultantes, injuriosas y amenazadoras. Otro de los políticos más atacado fue Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista de España. Sobre este último pudieron observarse algunas pancartas con alusiones insultantes. Algunas de las frases más repetidas fueron las de «Suárez, canalla, has destrozado España»; «Suárez, atiende, España no se vende»; «Gobierno, dimisión, por perjuro y por masón», «Rojos, a Moscú»; «Ni amnistía ni perdón, ETA y GRAPO al paredón». Al mismo tiempo abundaron los gritos de «Viva España», «Franco, Franco» y «Viva Cristo Rey». También fueron abundantes las pancartas desplegadas en la manifestación, muchas de ellas con textos contrarios a la amnistía y haciendo ver que el terrorismo es consecuencia de aquella.

Proclama de Blas Piñar

La manifestación concluyó en una concentración en la plaza de Roma, en la que Blas Piñar, continuamente aclamado, pronunció un breve discurso. Desde el interior de uno de los jeeps, el dirigente de Fuerza Nueva proclamó que «las calles madrileñas no están sólo para los marxistas y separatistas, para los que piden la amnistía total con discriminaciones, para los que nos quieren llevar a la esclavitud de los campos de concentración soviéticos, sino que es también para estos cientos de miles de hombres y mujeres que proclaman su amor a una España unida e indivisible y a una convivencia pacífica sin terrorismo sanguinario e impune». El líder de extrema derecha manifestó que «la Patria está en peligro y que, con el mismo entusiasmo de 1808, con el temple de los mártires de Paracuellos del Jarama, con el valor de los hombres que lucharon en nuestras filas en 1936, otra vez hay que salvar a España».

Al final del discurso la mayoría de los manifestantes, brazo en alto, entonaron el himno falangista del «Cara al Sol». Los manifestantes se disoIvieron pacíficamente, la mayor parte de ellos recorriendo la calle de Alcalá en sentido inverso al recorrido de la manifestación. Sin embargo, un grupo de unas veinte personas, seguramente procedentes de la manifestación según su indumentaria y su actitud (cantaban el «Cara al Sol»), armados con cadenas y otros objetos contundentes, llegaron hacia las doce de la noche a la plaza Mayor, donde atacaron violentamente a las personas que se encontraban en el lugar.

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