La DC italiana discrepa del cardenal Benelli
La carta del secretario comunista Enrico Berlinguer al obispo de lvrea, monseñor Bettazzi, sobre el ateísmo y las relaciones de marxistas y católicos, ha tenido una autorizada respuesta, al más alto nivel, por parte del diario L'Osservatore Romano, con un artículo sobre «Partido Comunista y católicos en Italia».
El artículo vaticano fue publicado al día siguiente de un duro ataque del cardenal Glovanni Benelli, arzobispo de Florencia, contra el reciente ordenamiento regional italiano, que reduce la autonomía de muchas instituciones asistenciales y escolares de la Iglesia.
Comencemos por el Partido Comunista: con su carta, Berlinguer ha tratado, evidentemente, de dialogar directamente con los católicos -es decir, con el Vaticano-, recurriendo, por eso, a los principios para asegurar que su partido no pone prejuicios religiosos y que el ateísmo no es consustancial al materialismo histórico.
El Vaticano, por su cuenta, con su respuesta termiante y clara, no cree en tales profesiones de fe y escribe con prosa curial: «Nadie podría sinceramente alegrarse más que nosotros, si un gran partido de masas, tan rico de fuerza y fermentos como el comunista, lograse realmente superar en la teoría y en la práctica el prejuicio ideológico marxista-leninista, materialista y ateo y despojarse de aquellas características totalizantes y hegemónicas que han obligado a considerarlo al margen de los partidos, no genuinamente democrático, aunque sólo sea de connotación laica.»
La Democracia Cristiana cree que Benelli exagera, y que tocando excesivamente esa tecla se va a la política del choque frontal con los comunistas y del diálogo y confrontación, como es la que ahora predomina en el partido. A medida que Berlinguer se independiza de Moscú, la Democracia Cristiana se independiza del Vaticano, es decir, deja aparte los problemas de principios o ideologóa para discutir de «cosas».
