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Todavía no se han revelado los efectos de la política monetaria restrictiva

«Es cierto que el Banco de España, en los últimos meses, ha reducido sus créditos al sistema bancario en unos 180.000 millones. Pero esta reducción se ha visto compensada con la inyección de 160.000 millones producida por el incremento de las reservas entre julio y septiembre a consecuencia de la devaluación de la peseta y por la reducción de 70.000 millones en el efectivo en manos del público.»

Esta afirmación fue hecha por Rafael Termes, consejero delegado del Banco Popular, dentro del ciclo organizado por la Asociación para el Progreso para la Dirección sobre la situación económica, financiera y laboral de la empresa española, y en el que participaron Enrique Kaibel, por el sector de bienes de equipo; Alberto Fernández Caveda, por el sector de empresas de distribución, y Raúl Celestino, por el sector de la construcción. Rafael Termes fue el ponente que dio más clara visión de la actual situación de la banca y de las tendencias que seguirá la economía nacional en los próximos meses.

En este sentido, resaltó que la banca no da ni más ni menos créditos de los que el Gobierno quiere, a la vez que recalcó que el endeudamiento de la banca con el Banco de España no puede dramatizarse, porque en nada afecta a la solvencia de la institución, aunque tampoco puede banalizarse, porque la actual situación de endeudamiento no es normal.

Pasó a continuación a lo que él denominó «urgar en la llaga», al manifestar que la situación en que se hallan las empresas no es todavía la que se ha de producir a consecuencia de la política monetaria restrictiva, «por la sencilla razón de que los efectos de esta política aún no han tenido tiempo de manifestarse».

Más adelante apuntó que si se quiere llevar a la práctica el objetivo del Gobierno, consistente en cerrar diciembre con un crecimiento del crédito en el año entre el 20% y 21%, el crédito nuevo que el sistema bancario -bancos y cajas- podrá facilitar en este último trimestre no podrá superar los 250.000 millones.

Para el señor Termes las principales preocupaciones de la banca son: tener que decir que «no» a tantas peticiones de crédito o de expansión de facilidades, y la que nace de la duda sobre la bondad de los créditos y descuentos que constituyen más del 76% de los activos bancarios.

Por último, Rafael Termes dijo que intuía que el resultado neto para los acreditados no será tan desfavorable como en un principio podía pensarse, ya que la banca está subiendo los intereses desde el 9%, antes legal, hasta, más o menos, el 12,5%, convirtiendo las operaciones a más corto plazo en operaciones a un año.

A continuación, Enrique Kaibel pasó a analizar el sector de bienes de equipo, del que dijo que resultaba uno de los más afectados por la política restrictiva que se está aplicando. Sobre este particular, la disminución del coeficiente de inversión de la banca privada y de las cajas de ahorro supone una reducción de medios financieros para la venta en el mercado interior de unos 100.000 millones de pesetas para el próximo año, lo que supone la supresión, prácticamente total, de la única vía institucionalizada para la financiación de los bienes de equipo. Anunció que la paralización en este sector va a ser total por la falta de financiación y que se están incrementando las importaciones, lo que en estos momentos no deja de ser significativo.

Tras la intervención de Alberto Fernández Caveda, quien pidió un cambio radical de las estructuras comerciales que debe basarse en un régimen de libertad de empresa, Raúl Celestino, consejero director de Dragados, ofreció un oscuro panorama para el sector de la construcción, señalando que éste vive en estado de huelga permanente y que esto se refleja en pérdidas irrecuperables.

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