Inmediato restablecimiento de la Generalitat de Cataluña

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A última hora de la noche se anunció en Perpiñán que las conversaciones habían terminado, habiéndose llegado a un acuerdo entre las; tres partes participantes -el presidente de la Generalitat, el representante del Gobierno y, los representantes de los partidos catalanes- para el restablecimiento, en régimen provisional, de la Generalitat.

Durante la reunión de ayer aparecieron nuevas divergencias entre los parlamentarios catalanes, si bien de un carácter diferente a las que hasta ahora les habían separado, basadas en lo que, se ha calificado de «maximalismo socialista».

Según fuentes directas y contrastadas, sucede ahora que la mayoría de los partidos con representación parlamentaria -particularmente Unió Democrática de Catalunya (UDC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Partit Socialista (ex Reagrupament) (PSC-R), Centre Catalá (CC), así como también Unión de Centro Democrático (UCD) y Esquerra Democrática de Catalunya (EDC), son reacios a aceptar los leves cambios introducidos en los proyectos de decretos restableciendo la Generalitat poT el Gobierno, obrando a instancias de los socialistas.

La mayoría de los partidos mencionados -según importante dirigente de uno de ellos- consideran que «era mejor para Cataluña el redactado de los decretos que consiguió Tarradellas en su negociación directa con el Gobierno. Los socialistas han conseguido modificaciones sin trascendencia, pero a cambio de sacrificar aspectos que muchos consideramos fundamentales».

La fuente denunció a los socialistas por haber «criticado a través de informaciones tendenciosas a Tarradellas acusándole de desear una Generalitat no democrática, cuando.siempre había intentado lograr una Generalitat democrática y con las máximas competencias. Los recelos socialistas, reclamando un estrecho control parlamentario, han ido en detrimento de las competencias de la Generalitat y de su operatividad como órgano de autogobierno».

El informe calificó de «deformantes» a diversas informaciones facilitadas a la prensa por los socialistas y manifestó textualmente: «Nosotros publicaremos en su día el texto de los proyectos de decreto logrados inicialmente por Tarradellás y el texto de las modificaciones introducidas por presión socialista. El pueblo catalán verá quién se ha movido por intereses partidistas y quién se ha movido por el deseo de servir los derechos de Cataluña.»

Es de recordar que durante las últimas semanas se dio la sorprendente paradoja de que partidos nacionalistas radicales -como el Front Nacional de Catalunya- estuviesen plenamente de acuerdo con la política negociadora de Tarradellas, mientras que partidos no autodefinidos como nacionalistas -como los socialistas- resaltaban el presunto carácter claudicante de los acuerdos Gobierno-Tarradellas.

En otro orden de cosas, se da la circunstancia que los partidos contrarios al primitivo redactado de los proyectos de decreto son mayoría, pero desde luego no poseen la mayoría de los escaños parlamentarios.

En esta nueva confrontación, es particularmente delicada la postura de Jordi Pujol y su partido. Es, en efecto, evidente que el tarradellismo de los dos más directos colaboradores de Pujol -Miquel Roca y Josep M. Cullell- admite substanciales matizaciones diferenciadoras.

Con relación a la futura composición del Gobierno autónomo de Cataluña, hay que añadir que los socialistas lograron ayer que los ministerios pasen a ser diecisiete, en vez de quince.

Por otro lado, ayer se confirmó plenamente que el primer secretario de la federación socialista catalana del PSOE, Josep M. Triginer, no ocupará ninguna cartera del Gobierno autónomo. La que podría corresponderle irá a manos del «número dos» del PSOE en Cataluña, y figura as cendente del partido, Francisco Ramos, quien es visto con mejor consideración que Triginer por el sector «españolista» de su partido. La ampliación del Gobierno de la Generalitat a diecisiete miembros representará la incorporación de un nuevo conseller socialista y la de Antón Canypllas, líder de Unió Democrática de Catalunya. En este último caso, parecía que el Gobierno Suárez tenía especial interés en no darle una cartera ministerial, con el fin de agudizar la crisis interna de su partido, que podria ser rentabilizada por la Unión de Centro Democrático.

Paradójicamente, al final de las negociaciones el último partido con representación parlamentaria que quedará sin cartera ministerial será Esquerra Democrática de Catalunya, del que el señor Tarradellas fue su secretario general hasta 1954, fecha en que fue designado presidente de la Generalitat en el exilio.