El servicio social y el paro de la mujer
Como mujer que en su día tuvo que realizar unas actividades que la mayoría de las veces no servían sino para inculcar a las jóvenes españolas las ideas que inspiran una sociedad machista como lo son todas las actuales, predominantemente las capitalistas, he escuchado con asombro la noticia de las dificultades que ocasionaría la desaparición del llamado servicio social, debido a que dejarían desasistidos 4.000 centros que se valen de los servicios de las jóvenes españolas.Primero. Pongo en duda la certeza de dicha afirmación porque tengo la sospecha de que en esa cifra se han incluido centros y oficinas que sólo benefician a señoras y señoritas de unas determinadas mentalidad e ideología nada beneficiosas, por otra parte, para la mujer española.
Segundo. Si verdaderamente existen esos. centros, sería providencíal la cantidad de puestos de trabajo que nos lloverían a las sufridas españolitas que padecemos anónimamente el azote del paro, ya que la mayoría de las veces no se nos incluye en los censos oficiales de parados.
Espero que nuestras buenas amigas diputadas -el menos aquellas de las que se supone que se preocupan de los problemas de sus congéneres del mismo sexo, que sospecho se pueden contar con los dedos de media mano- tomen buena nota, al igual que don Pío Cabanillas, y se suprima de una vez para siempre. esta institución típicamente franquista.
Sólo me queda replicar a priori a todos aquellos varones hispánicos que alegarán que ellos hacen el servicio militar. Si es necesario lo haremos las mujeres también, aunque lo ideal sería que desapareciera y se sustituyera por una actividad verdaderamente social.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.