Crece el enfrentamiento entre vecinos y alcalde
Una asamblea de vecinos de Las Rozas ha vuelto a pedir la dimisión del Ayuntamiento, esta vez en base a la ineficacia demostrada por el mismo en la consecución de un local sanitario que sustituya al actual, calificado como totalmente insuficiente.
Se da el caso que en la asamblea se aplaudió al delegado gubernativo presente, por considerar que el Gobierno Civil les había atendido con más preocupación que su propio Ayuntamiento.Esta petición viene a sumarse a otras que se han sucedido este año y el anterior, principalmente desde la creación de la Asociación de Vecinos de Las Rozas-Las Matas. Una encuesta realizada en marzo arrojó como resultado el que un 90% de los encuestados considerara malas las condiciones urbanísticas del pueblo.
Las denuncias por diversos motivos coinciden en señalar una pésima gestión municipal. Las más importantes han sido las del agua y la necesidad de una depuradora, que evitara los alarmistas casos de enfermedades infecciosas que se han producido en ocasiones.
Las acusaciones más graves, sin embargo, se refieren a su «actitud antidemocrática» respecto a la asociación y a los vecinos en general. Estos no perdonan que el pleno de febrero se celebrase a puerta cerrada, prohibiendo el paso a vecinos y periodistas, alegando razones de orden público. La verdadera razón, según ellos, fue el deseo de no dar publicidad a las discusiones sobre la infracción urbanística de Eurohogar, que iba a tratarse en el pleno.
Otro tema importante en el que la opinión pública no fue tenida en cuenta fue el de la cesión de unos terrenos comunales a la Federación Castellana de Fútbol, proyecto al que se opuso la asociación y para el que pidió un debate público. Asimismo, se denunció en su día que el Ayuntamiento destinara seis millones a la construcción de una clínica municipal, hace justamente ahora un año y que sigue sin realizarse, cuando en el mismo pleno se aprobó un presupuesto de quince millones de pesetas exclusivamente para reformar la casa consistorial.
Por su parte, el alcalde, Jesús Benito, declaró en agosto del 76 que este movimiento de protesta no era sino una burda campaña dirigida a desprestigiar al Ayuntamiento. En otras declaraciones negó representatividad alguna a la asociación de vecinos, y se reafirmó en su postura de no dimitir, que por ahora no ha sufrido variación.
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