Los diputados alaveses de UCD, contra los acuerdos PNV-PSOE

Los diputados alaveses de UCD, señores Viana, Morales y Marco Tabar, hicieron pública ayer una nota en la que señalan que el proyecto de régimen transitorio aprobado por la asamblea parlamentaria vasca conculca las peculiaridades forales de Alava, si bien se afirma en el preámbulo que se respetarán las normas privativas de cada región histórica.Esta es la razón, según dicha nota, de que hicieran constar «una reserva -equivalente a un voto en contra- a la totalidad del proyecto». Esta aseveración ha sorprendido a los asistentes a la asamblea, ya que los diputados centristas en ningún momento se opusieron a todo el borrador, aceptándolo incluso como base de diálogo en una primera votación.

Sus diferencias fundamentales con el proyecto se centraron en tres artículos, en uno de los cuales se aceptó su propuesta después de una interminable y a veces bizantina discusión. Las otras dos modificaciones fueron rechazadas por el peso de la mayoría, pese a lo cual los ucedistas alaveses admitieron que constase en acta la aprobación del texto por consenso, haciendo constar únicamente sus reservas a los artículos quinto y noveno.

El artículo quinto establece el mecanismo de elección de las juntas generales, según los resultados obtenidos el 15 de junio por cada Partido en las distintas provincias. Aun aceptando este principio de proporcionalidad pura, los alaveses pidieron que en su provincia se garantizase la presencia de cada municipio en las juntas generales, de acuerdo con la estructura municipalista que éstas tienen en la actualidad.

La segunda propuesta rechazada tiene que ver con la composición del consejo confederal, formado por los parlamentarios y diez representantes de cada provincia. Los alaveses entendían que esto les discriminaba, por ser menor el número de sus parlamentarios.

El rechazo de sus dos propuestas ha sido severamente juzgado por los tres parlamentarios alaveses de UCD, en su comunicado de ayer, en el que señalan que han podido constatar, tanto por el proyecto como por el desarrollo de los debates, que «a la provincia de Álava se le quieren mermar derechos y facultades y que viene siendo cierta la sospecha de que si fatal ha sido un centralismo madrileño, tan peligroso resulta el que desde las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa se ejerce por sus representantes sobre la foralidad alavesa».

Estas duras acusaciones no son aceptadas por los autores del borrador, nacionalistas y socialistas, algunos de los cuales han subrayado que se ha tenido exquisito cuidado en respetar los regímenes forales y en equiparar a las cuatro regiones históricas, implantando incluso el derecho de veto de cualquiera de ellas, con el propósito de salvar la cerrada oposición instrumentada por la UCD de Navarra a cualquier integración en Euskadi.

Las dificultades que ahora opone este mismo partido en Alava son, a juicio, de algunos parlamentarios vascos, un indicio de las que el propio Gobierno va a plantear durante la negociación, ya que no en balde el partido gobernante es minoritario en Euskadi y es lógico que no tenga excesivo interés en que aquí se establezca un consejo confederal con mayoría de nacionalistas y socialistas.