Intranquilidad en el Instituto de Estudios políticos

El Instituto de Estudios Políticos, uno de los organismos afectados por el decreto del 30 de marzo de disolución de la Secretaría General del Movimiento, se encuentra desde esa fecha pendiente de reorganización. Tras seis meses de espera comienza a cundir cierta intranquilidad entre el personal del Instituto, pues se ignora, cómo se va a llevar a cabo la anunciada reorganización y ni siquiera se sabe con seguridad si el organismo mencinado va a desaparecer o no.Según el mencionado decreto aparecido en el BOE del 7 de abril, el Instituto de Estudios Políticos se convertiría en un organismo autónomo dependiente de Presidencia de Gobierno, pero hasta el momento no se ha confirmado esa medida ni se ha elaborado el reglamento necesario para articularla. Otra de las opciones posibles, planteada por los trabajadores del Instituto, sería refundir los organismos que se dedican a las Ciencias Sociales en una fundación nacional similar a la que existe en Francia.

Sin embargo, el futuro del lnstituto sigue siendo una incógnita y al parecer, no será tratado en la Comisión de Transferencia que gestiona la transmisión del patrimonio de la Secretaría del Movimiento.

Actualmente trabajan en el centro unas sesenta persortas; más de la mitad contratados en condiciones «leoninas»; contratos de seis meses de duración, sin seguridad social, etcétera. Los demás son funcionarios de carrera de la Secretaría del Movimiento. La actividad que desarrolla el Instituto tiene tres vertientes: asesora al Gobierno y al Consejo Nacional en materia legislativa, edita seis revistas de difusión nacional e internacional y organiza cursillos para posgraduados, pero, según fuentes dignas de crédito, el trabajo que realiza el Instituto carece de interes y actualidad. Las revistas tienen periodicidad muy larga y salen frecuentemente con retraso y en función de las colaboraciones espontáneas o encargadas por les respectivos consejos de redacción. Además, el Instituto no interviene en la problemática vigente como, por ejemplo, en la elaboración de la Constitución.

No obstante, el Instituto de Estudios Políticos ha cumplido en ciertos períodos de su existencia -se creó en 1940- una importante función. Durante algunos años fue el único reducto liberal en el que se podian estudiar seriamente las ciencias sociales, dio origen a la facultad de Ciencias Políticas y en él han colaborado prestigiosos catedráticos y políticos como Fuentes Quintana, Tierno Galván, Ruiz Jiménez, González Seara, Alejandro Muñoz Alonso, etcétera.

Por la presidencia del Instituto, ocupada desde 1974 por Jesús Fueyo, han pasado Alfonso Castiella, Francisco José Conde, Carlos Ollero, Manuel Fraga y Legaz Lacambra.