Visita oficial del primer ministro francés a Estados Unidos
El viaje oficial de tres días, que Inició ayer el primer ministro francés, Raymond Barre, a Washington «no tiene nada de electoralista», afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Louis de Guiringaud, contrariamente a lo que estimaba toda la opinión: «Este viaje está en relación directa con las elecciones legislativas de 1978.» Por otra parte, las conversaciones franco-americanas serán esencialmente de orden económico.
En Francia, la campaña electoral por las legislativas de marzo está prácticamente abierta; por ello. en opinión de todos los observadores, el viaje del señor Barre, como cualquier otro gesto del Gobierno e igualmente la actitud que pudiese adoptar la Administración Carter con las autoridades francesas, ante la eventualidad de una posible victoria de la izquierda, tendrán una repercusión en el escrutinio del año próximo.En unas declaraciones que preludiaron el viaje, el señor De Guiringaud, acompañante del primer ministro, situó los trabajos franco americanos «como una continuación de los que reunieron a las grandes potencias económicas occidentales, en Londres, en el último mes de junio». Esta «cumbre», como las anteriores del mismo tipo en Rambouillet y Puerto Rico, pretendieron organizar la solidaridad económica occidental para superar la crisis y, en definitiva, para apuñalar los regímenes liberales capitalistas. El resultado, se reconoce en todo Occidente," no ha sido positivo. El egoísmo nacional continúa presidiendo las buenas relaciones intercapitalistas y Estados Unidos sigue siendo el motor de los países de economía de mercado: si los americanos deciden jugar a fondo el liberalismo y su economía es floreciente, el túnel de la crisis podría quedar atrás; si todos los recursos americanos, Financieros y económicos, vuelven la espalda a Occidente, la crisis será insuperable. Este análisis explicaría el objeto del viaje del primer ministro francés a la capital USA: convencer a éstos de que su responsabilidad es determinante, máxime respecto a Francia, en vísperas de elecciones que pudiesen llevar al poder a una coalición de izquierdas con un programa socialista.
El contencioso franco-americano creado a causa del aterrizaje en Nueva York del avión supersónico Concorde, la no proliferación nuclear, el desarme, la distensión, serán cuestiones del orden del lía entre el premier francés y sus interlocutores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.