El Congreso italiano escucha el informe oficial sobre el caso Kappler
El presidente del Consejo de Ministros italiano, Giullio Andreotti, dio cuenta ayer tarde al Congreso del «caso Kappler» respondiendo a las interpelaciones de varios grupos de diputados. Es la cuarta vez que el Parlamento italiano se ocupa de caso, desde que el ex oficial de las SS nazis, condenado a cadena perpetua como criminal de guerra por la represalia alemana de las Fosas Ardeatinas, que costó la vida a 335 italianos, logró escapar el 15 de agosto pasado del hospital militar del Celio, en Roma, gracias a la complicidad y artimañas de su esposa, Anneliese Kappler.
En plena canícula se celebraban en toda Italia las ferias o vacacio nes de agosto, tres o cuatro días de auténtica parálisis del país. Aprovechando el clima festivo y de relax, la señora Kappler acompañó a su marido, del brazo, hasta el coche alquilado que pre viamente había estacionado en el patio del hospital. Esta es la ver sión más verosímil, entre otras más fantásticas, como la de la maleta con ruedecillas, la fuga por la ventana con un equipo de alpinista o la conspiración internacional de una derecha neonazi.El premier Andreotti no ha podido dar, naturalmente, una versión definitiva y acertada de la fuga, porque todavía Indaga la magistratura militar. Por lo demás, a estas alturas, poco importa al país el mecanismo de la rocambolesca fuga. Andreotti ha defendido en primer lugar a los carabineros, definiendo como «campaña denigratoria» la elaborada por la prensa, que ha hablado estos días de sedición y de protesta en el interior del cuerpo de carabineros. Andreotti ha asegurado taxativamente que el Gobierno alemán no sólo es extraño a la fuga de Kappler, sino que la condena explícitamente. El canciller Schmidt le ha prometido condenarla el 15 de septiembre en el Parlamento alemán. prosiguió Andreotti.
En la apertura de la sesión de ayer tarde, el presidente del Congreso, el comunista Pietro Ingrao, no aceptó la propuesta de los radicales, que pedían que el debate se cerrara con un voto. Para los demócratas nacionales y neofascistas, sobre la fuga de Kappler se ha hecho mucha especulación política. Para el democristiano Flaminio Piccoli, que hablaba por la Democracia Cristiana, no debe empañarse el espíritu de amistad con Alemania. Según el liberal Bozzi, el ministro Lattanzio tenía que haber renunciado a su cargo inmediatamente. Hacerlo ahora sería abrir una cn sis de Gobierno. Pero el republicano Biasini, sin embargo, ha pedido las dimisiones del ministro y subrayado la insatisfacción de su partido con el Gobierno Andreotti. Los comunistas, con un discurso duro pronunciado por el líder del grupo parlamentario, Alessandro Natta, han pedido también la «oportunidad y el deber» de obtener la cabeza del miniztro Lattanzio, alineándose así con los republicanos.
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