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Comienza en Gran Bretaña el congreso sindical más importante de esta década

Juan Cruz

Los sindicatos británicos comparten con respecto a la importación y a la Comunidad Económica Europea las mismas convicciones que el ejecutivo laborista. Sin embargo, en la conferencia que sus delegados celebran este año en Blackpool es improbable que Europa ocupe el lugar que en otras ocasiones ha tenido.

En la que se ha descrito como la asamblea sindical más importante de esta década, los Trade Unions discuten sus relaciones con el Gobierno, basadas en los últimos dos años en una serie de acuerdos, según los cuales, los salarios sólo se podían aumentar en un 4,5% y las subidas se congelaban durante doce meses. Los límites salariales ya no existen.Ahora los sindicalistas han de decidir si aceptan un techo formal del 10% y si siguen acatando el principio de los doce meses para acuerdos firmados recientemente, antes de que se impusiera de nuevo la negociación colectiva.

El debate en el que se decidirán ambas cuestiones se celebra mañana. Callaghan, el primer ministro, irá hoy a Blackpool para pedir moderación en las demandas y para subrayar las virtudes del «pacto social», gracias al cuál el Gobierno ha sido capaz de reducir el nivel de inflación.

Contra sus argumentos, el lider laborista tiene las cifras de desempleo. Más de millón y medio de británicos están en paro. Al comienzo de la conferencia sindical, miles de parados se manifestaron ante los líderes a los que Callaghan va a pedir moderación. La corrección del desempleo era uno de los objetivos del «pacto social».

Confusión en el Congreso

El sindicato más importante del Reino Unido, el General de Trabajadores, fue expulsado ayer durante más de una hora del congreso de las Trade Unions por no haber cumplido una decisión adoptada por un comité especial sobre las relaciones entre empleados de un bar. El sindicato fue readmitido, tras declararse nula la primera votación. En realidad, se revisó la expulsión porque la salida del sindicato General de Trabajadores del congreso hubiera representado un daño irreparable para el movimiento sindical.Otro detalle de la confusión que reina en la asamblea de Blackpool fue la agresión sufrida por varios líderes sindicales que apoyan aspectos del «pacto social».

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