Punto muerto entre Tarradellas y seis parlamentarios
El presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, deberá tomar una decisión que solucione el actual punto muerto en que se encuentran sus relaciones con los parlamentarios a causa de la destitución del senador Josep Benet de la comisión negociadora. El acuerdo fue tomado por la comisión permanente de los parlamentarios catalanes tras una reunión de más de trece horas de duración.
Los parlamentarios se vieron sorprendidos a mitad de la reunión que concluyó a las siete de la mañana de ayer, con la nota de la secretaria del delegado del presidente Tarradellas en Cataluña, Federic Rahola, en la que se informaba de que el Gobierno y el presidente en el exilio habían llegado a una conclusión aceptable sobre el restablecimiento de la Generalitat (véase EL PAIS de 3 de septiembre). El evidente desconcierto de los parlamentarios está motivado por haberse hecho realidad un pacto que los margina. Al regresar Tarradellas como presidente de una Generalitat reconocida oficialmente por el Gobierno, éste puede continuar marginando a los parlamentarios para entrar en negociaciones directas con todos los partidos con la finalidad de constituir un Gobierno autónomo. Ahora ya no hay duda que Tarradellas no piensa en absoluto delegar sus funciones ejecutivas en Joan Reventós -y de ahí la radicalización de los socialistas-, sino que piensa jugar un papel determinante en la futura política autonómica.La crisis, en manos del presidente
Ante la publicación del acuerdo, la comisión negociadora debería visitar a Tarradellas para que éste le expusiera el contenido de la misma, pero en vista del problema suscitado por la destitución del senador Benet, se propuso soslayar la crisis sugiriendo que fuese la permanente parlamentaria en peso, en la que también se encuentra presente Josep Benet, la que visitara al presidente. Al no aceptar Tarradellas esta posibilidad se acordó, en una votación, que fuera el mismo presidente de la Generalitat el que tomase una decisión para solucionar la crisis. En la votación se registraron diez votos a favor (de socialistas y comunistas), uno en contra (de Esquerra Republicana) y siete abstenciones (de UCD y Pacte Democratic per Catalunya). En una votación anterior, la permanente de la Asamblea de Parlamentarios acordó que no era procedente la destitución de Benet, ya que había sido elegido por los parlamentarios y no por Tarradellas. Durante la reunión tuvieron lugar algunas pausas en las que pudo comprobarse el desánimo de los parlamentarios ante el acuerdo de principios sobre la Generalitat.
No habrá mancomunidad de diputaciones
Sobre el contenido de la Generalitat provisional, EL PAIS ha podido sabeir que ésta no será una mancomunidad de diputaciones y que tampoco estará basada en el estatuto de 1932, sino que, por el contrario, se habría hallado una fórmula jurídica original. En fuentes próximas al presidente Tarradellas, opinan que éste no modificará su postura en lo concerniente a la destitución de Benet. Tarradellas -según las fuentes informantes- recibirá solamente a una comisión negociadora en la que se haya sustituido a Benet por otro parlamentario.
Los socialistas son los que han tenido una postura más clara de rechazo ante la destitución de Benet. Mientras que los comunistas han jugado una carta maximalista, seguramente con vistas a un posible pacto con los partidos de centro y centro-izquierda. Por otra parte, Unión de Centro Democrático y Pacte Democratic se han mostrado partidarios de Tarradellas en todo momento. En este sentido, Convergencia Democrática de Cataluña, partido incluido en la coalición de Pacte Democratic per Catalunya, hizo público ayer por la tarde un comunicado en el que anunciaba que estaba dispuesta a renunciar al protagonismo político en favor de la negociación del presidente Tarradellas. No obstante, el caso Benet ha pasado a un segundo plano con las noticias del acuerdo sobre la Generalitat. Antes de que finalizara la reunión de los parlamentarios, el presidente Tarradellas declaró que era muy probable que el día 11 transmitiera un mensaje televisado al pueblo catalán y alrededor del 20 estaría en Madrid para ultimar detalles sobre el restablecimiento de la Generalitat.
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