El Candil, un barrio que no existe oficialmente
Unos seiscientos vecinos, prácticamente la totalidad de las personas que habitan el barrio del Candil en Leganés, asistieron a la asamblea celebrada el jueves, en la que se discutieron las dificultades burocráticas que impiden la construcción de un colegio en el barrio. Estas dificultades provienen de la situación ilegal del mismo, ya que está levantado íntegramente en terrenos rústicos forestales.Actualmente sólo hay dos aulas; para los 265 niños comprendidos; en edad escolar. Las aulas no tienen mobiliario alguno, y los niños; deben llevarse las sillas de sus casas, a menos que prefieran sentarse en cajones de madera.
Desde hace años los vecinos gestionan con el Ayuntamiento la construcción de un centro escolar en condiciones. Por fin, este año se les informó que en el plan de colegios de la Delegación provincial de Ministerio figuraban cinco para Leganés, más un complejo de ocho aulas para el barrio, con fecha tope del 15 de septiembre.
Los cinco primeros están en diversas fases de construcción, algunos prácticamente terminados, pero en su caso no hay señal del comienzo de las obras.
En la Delegación les informaron que no tienen proyecto alguno de construir un centro y tampoco en la relación de los encargos de construcción de aulas prefabricadas figuraba el que ellos reclaman. Además, es difícil que el Ministerio pueda acometer su realización, desde el momento en que los terrenos no tienen la calificación de edificables.
En el Ayuntamiento les dijeron en primer lugar que las ocho aulas: iban a quedar reducidas a cuatro, puesto que el solar es de sólo 5.000 metros, y el Ministerio de Educación exige terrenos mínimos de 10.000 metros cuadrados. En caso de que se construya, se hará el último, aduciendo también los problemas legales que acarrea levantar un centro en terrenos considerados no edificables.
Oficialmente, el barrio del Candil no existe. El Ayuntamiento de Leganés decidió en un pleno celebrado en 1959 promover la parcelación y edificación en esa zona. Se concedieron las licencias oporttinas y el barrio se fue configurando tal como está hoy. La atención municipal hacia él ha sido siempre casi nula, y los servicios de agua y alcantarillado que disfruta fueron sufragados por sus mismos habitantes. Aún permanece sin alurnbrado público y sin asfaltar en su totalidad.
Hace años el Ayuntamiento intentó la legalización de lo contruido, y presentó un plan parcial que recogía los hechos consumados. El Área denegó su aprobación en 1973, y recomendó posponerlo a la aprobación del plan general del pueblo.
Esto es lo que los vecinos no están dispuestos a admitir, puesto que las consecuencias, que acarrea en el orden práctico son una discriminación a la hora de satisfacer sus necesidades. La asamblea decidió que las mujeres, y una comisión de hombres, iría, el próximo martes a la Delegación del Ministerio y en el próximo pleno intentarán presionar a la Corporación para que intensifique los trámites de su legalizacion.
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