En favor de los "nuevos filósofos"
Con estas líneas deseo protestar por la manera deformada y tendenciosa con que han presentado la polémica sobre los «nuevos filósofos», en EL PAIS del 27 de julio.Para los lectores del periódico que no han podido tener acceso a ninguna de las obras recientes de estos escritores en castellano, podría parecer que la obra última de Levy, Glucksmann, Clavel, etcétera, no es sino la última invención ideológica de una derecha acorralada ante el avance de la izquierda en Francia, disfrazada de una «filosofía» mundana y frívola, fruto del parisianismo decadente y fútil de una intelectualidad surgida en esa atmósfera de fin de règne.
Olvida el cronista de EL PAIS que la magnificación de la polémica y el acceso al estrellato de estos autores ha sido obra precisamente de sus detractores de la izquierda «oficial», y todo ello por razones de pura coyuntura electoral. Así, Le Nouvel Observateur, que ha abierto sus páginas de forma generosa a los enemigos de los «nuevos filósofos", no dudó en su tiempo, en sostener a Soljenitsyn frente al Partido Comunista francés, sin reconocer debidamente el lastre profundamente reaccionario de la gran obra del escritor ruso. Pero ahora, esa izquierda procura tranquilizar al electorado tratando de minimizar su stalinismo remanente.
El carácter sospechoso de la coincidencia entre esta «moda» y la proximidad de unas elecciones en las que presumiblemente triunfará la izquierda, puede ponerse en pasivo y presentar este unánime ataque a los «nuevos filósofos» como intento de acallar por todos los medios toda divergencia con una imagen de marca y un producto a ser «vendido» al electorado, e incluso siguiendo adelante por la vía del proceso de intención que parece haber abierto EL PAIS, especular sobre lo que les esperará a los disidentes una vez esa izquierda en el poder...
Por lo demás, EL PAIS, al hacer referencia a este «nuevo fenómeno de la irrupción de la filosofía como artículo de consumo cultural», parece olvidarse de la moda Sartre, la moda Marcuse, la moda Althusser, etcétera.
Por último, añadir que algunos de los que con más saña han atacado a los «nuevos filósofos», se sentaron a la mesa con Giscard hace unos meses, cuando el presidente de la República Francesa, en un gesto de calculado. snobismo, invitó a almorzar a la flor y nata de la intelectualidad parisiense.
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