El almirante portugués Rosa Coutinho, pasado a la reserva

El almirante Rosa Coutinho ha sido pasado a la reserva, por decisión del actual jefe del estado mayor de la marina. Con él, otros dos de los oficiales de marina que han comparecido el pasado mes ante el Consejo Superior de Disciplina por supuestas faltas profesionales y morales cometidas en el ejercicio de los cargos que les fueron encomendados después de la revolución de abril de 1974, han sido también separados del servicio activo.

En cambio, los capitanes Marques Pinto y Almada Contreiras han sido sobreseídos.Según el reglamento de disciplina militar, el jefe de estado mayor tiene plena libertad para pronunciarse sobré eventuales sanciones contra oficiales llevados al Consejo Superior de Disciplina, después de oír la opinión de éste, que no es, en caso alguno, imperativa. La decisión del almirante Soto Cruz, del 23 de agosto, ha producido una profunda sorpresa y hay ya quien opina que puede provocar bastante malestar, especialmente en la marina.

El almirante Rosa Coutinho, miembro de la primera junta de Salvación Nacional, formada el 25 de abril, luego nombrado por Spínola alto comisario en Angola y, posteriormente, miembro del Consejo de la Revolución hasta su dimisión voluntaria, tras los acontecimientos del 25 de noviembre de 1975, sigue siendo, aunque alejado de todas sus funciones desde esa fecha, una personalidad con prestigio en un sector importante en la marina. Las representaciones de muchos países africanos nunca le regatearon las manifestaciones de estima, aun después de su caída en desgracia, y su presencia es habitual en las recepciones diplomáticas. Así, el mismo día de su comparecencia ante el Consejo de Disciplina asistió como invitado a la recepción oficial ofrecida por el embajador egipcio en Lisboa.

Indiscreciones llegadas a la prensa sobre la manera en que se desarrollaron las sesiones del Consejo (a puerta cerrada) indujeron a muchos a pronosticar el indulto total de Rosa Coutinho. Tal era, por ejemplo, la previsión del Expreso, y también la de otros semanarios que se destacaron en las campañas contra el almirante rojo, como O Pais y O Tempo.

La decisión imprevista del estado mayor de la marina va a relanzar una polémica ya varias veces suscitada en los medios militares. En esos círculos se reitera que la depuración de los oficiales considerados izquierdistas o comunistas sería una exigencia impuesta a las propias autoridades portuguesas por los servicios de seguridad de la Alianza Atlántica.