Comunistas y socialistas denuncian el clima de violencia en Francia

Los comunistas y socialistas franceses y los grupos autonomistas denuncian el clima de violencia que se está creando en Francia a medida que se avecinan los comicios legislativos de marzo de 1978. Los dos partidos más importantes de la oposición de izquierdas sospechan que el Gobierno, directa o indirectamente, no es ajeno a los tres atentados que se produjeron anteanoche en provincias y en París.

Las federaciones de los Partidos Comunista y Socialista, de Chalon-sur- Saone (departamento de Sacina y Loira) han sido la diana, a primeras horas de la madrugada del domingo de cargas explosivas de fabricación casera. En ambos casos fueron considerables los desperfectos materiales, pero no hubo víctimas. Otro tanto ocurrió en París, con una carga de plástico contra el consulado de Italia en la capital francesa.

Nuevas amenazas

Las dos primeras explosiones fueron reivindicadas por un «comité de acción fascista»: según un comunicado trasmitido telefónicamente por un corresponsal anónimo al diario de esta región (Correo de Saona y Loira), «habrá otros atentados».El cometido en París contra el Consulado de Italia fue reivindicado por el Frente Nacional, que según declaró a una agencia de prensa «se solidariza con el camarada Kappler y combate por el restablecimiento de la ley y del orden en la gran Alemania».

El Partido Socialista (PS), afirmó que los dos atentados de Chalone-sur-Sacine tenían por objeto «crear un clima de inseguridad a medida que se avecina la consulta electoral de 1978». Para el Partido Comunista francés (PCF), la policía está perfectamente al corriente de estos y de otros atentados (la semana pasada contra la estatua del general Leclere en París, y en Córcega, contra las instalaciones de la televisión, por no citar más que los dos de reciente ejecución), y está al corriente, añade el PCF, «de la actividad de estos grupos necifascistas»: igual que los socialistas, los comunistas se preguntan si «estos atentados no forman parte del dispositivo político que está organizando la coalición giscardiana antes de las elecciones de marzo de 1978. Los dos partidos de izquierdas, como varios observadores, resaltan que estos actos de violencia se han producido en el mismo momento en que "el Gobierno de Helmut Schmidt cubre al SS Kappler"

Acusación del líder corso

La acusación del líder autonomista de la Unión del Pueblo Corso (VPC), señor Simeoni, se ha calificado de grave y provocó un mentís inmediato del prefecto de la región de Córcega, Yves Burgalet. Según afirmación formal de la jefe del UPC, que una vez más insistió en que «no pedimos la independencia, sino la autonomía interna», dos altos funcionarios son quienes dirigen a los «hombres de mano» que, diariamente, «atacan a nuestros militantes».