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El turismo del Mediterráneo puede quedar paralizado por la huelga

De no concluir satisfactoriamente las negociaciones, que continuaban en Málaga y Gerona al cerrar esta edición, dos de las principales zonas turísticas españolas -Costa del Sol y Costa Brava- pueden quedar paralizadas a partir de hoy a causa de la huelga del sector de hostelería. Ante tal posibilidad, las agencias de viaje comenzaron ayer a desviar numerosos vuelos a otros países mediterráneos para evitar a sus clientes verse en la absoluta carencia de servicios. Ayer, las provincias de Asturias y Cádiz se sumaron al conflicto, iniciado hace ya diez días en La Coruña y Zaragoza.

Por el momento, las restantes zonas permanecen en absoluta normalidad, pero se teme que la incorporación al conflicto de dos de las principales áreas turísticas pueda ser el detonante para una generalización de la huelga, cuyas consecuencias nadie se atreve a vaticinar.Los trabajadores pretenden, básicamente, incrementos salariales, mejora de las condiciones de trabajo, abono de horas extraordinarias, inclusión en la Seguridad Social y otras reivindicaciones. La patronal, por su parte, mantiene una postura inflexible y carente de unidad, ya que muchos empresarios son partidarios de negociar en cada centro de trabajo -especialmente los grandes hoteles- en tanto que otros rechazan toda negociación e insisten en afirmar que cualquier incremento salarial determinaría el inmediato cierre de los establecimientos. Los trabajadores, por su parte, rechazan toda negociación no unitaria.

El conflicto, que se inició en dos provincias de escasa incidencia turística -La Coruña y Zaragoza- ha despertado una solidaridad y un eco en zonas clave , en contra de las previsiones y de los empresarios y la Administración, que han tratado de restar importancia a las posibilidades de que el movimiento se generalizara. Así, fuentes de la Administración manifestaban a EL PAIS, en los primeros días del conflicto, que era de todo punto improbable que éste alcanzase a las zonas de mayor concentración, tratando de desvirtuar la representatividad de la asamblea celebrada en Torremolinos.

Las centrales sindicales, que siguen de cerca el conflicto, se muestran preocupadas por las consecuencias que pueda tener una huelga total, pero manifiestan su apoyo a las reivindicaciones de los trabajadores.

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