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La Banca desmiente su beligerancia contra la política económica del Gobierno

Nuevamente surge en el seno del Gobierno y de las fuerzas democráticas españolas la creencia de que nos hallamos inmersos en un nuevo proceso desestabilizador, que tiende a echar abajo las medidas de política económica que el tercer Gobierno de la Monarquía está dispuesto a adoptar. Dicha creencia se basa en la progresiva y continuada baja de la Bolsa y en el incremento que está tomando la huelga del sector de transportes a nivel nacional, entre otras cosas.

El comienzo de la semana bursátil, con una baja del 2 % para las tres bolsas nacionales, producto no tanto de la presencia de papel como por la total ausencia de órdenes compradoras, ha resultado dramático. Las sospechas señalan a ciertas instituciones financieras y al mundo de la gran empresa, en un intento de medir sus fuerzas y poder negociar con el Gobierno las medidas de carácter económico desde posiciones aventajadas.Esta maniobra en el frente bursátil y empresarial puede ir ligada, según fuentes consultadas por EL PAIS, a otras relativas al crédito a corto plazo, donde también se ha producido un corte radical en el descuento de papel. También se incluirían ahí acciones de tipo propagandístico, como la postura adoptada por el diario neoyorquino Wall Street Journal y por algún que otro medio nacional íntimamente ligado al mundo de la empresa.

En una encuesta realizada por EL PAIS entre diferentes bancos nacionales, englobados en la calificación de grandes, las respuestas obtenidas han sido de un rotundo mentís a los rumores expuestos y ya muy extendidos en otros círculos. Los banqueros sostienen que las dificultades existentes a la hora de descontar papel no son otras que las lógicas en los meses de julio y agosto, en los que existe una gran tensión de liquidez, producida por la postura adoptada por las autoridades monetarias, que intentan mantener un equilibrio entre la creación de medios de pago y la reducción en la elevada tasa de inflación.

En general, las opiniones, recogidas entre los representantes de la banca son contrarias a las medidas económicas presentadas por el Gobierno, calificándolas de «derechistas» y presentadas demagógicamente. En este sentido, se apunta que la impresión que quieren dar ciertos sectores del Gobierno, sobre la existencia de una serie de presiones del gran capital, son en cierta medida falsas; al menos, éstas no provienen de la gran banca, se nos ha asegurado.

Uno de los banqueros consultados indicaba muy gráficamente que a la banca «no le queda más remedio que arrimar el hombro por instinto de supervivencia», aunque no ocultaba que en general la posición de la gran banca frente al Gobierno es crítica, ya que, no están de acuerdo con el conjunto de medidas económicas, si bien está oposición es, en la gran mayoría de la banca, de carácter técnico y en modo alguno beligerante.

Las mayores críticas van dirigidas al carácter «teórico» del programa, a su falta de decisión, a la inoportunidad de la devaluación -propiciada fundamentalmente por el Gobierno-, a la liberalización de los tipos de interés, a las reformas estructurales en un momento en que son consideradas más necesarias las coyunturales, y al hecho de que la reforma fiscal afectará más a la pequeña y mediana empresa, y, por tanto, a las rentas medias y no al gran capital.

De las respuestas obtenidas por EL PAIS, y en definición de otro banquero consultado, cabe señalar que la posición de la banca en la actualidad es más defensiva que de ataque frente a la política del Gobierno.

En este sentido, cabe resaltar, a modo de síntesis, que las posturas de los diferentes grandes bancos frente al programa de actuación del Gobierno, son las siguientes:

Banesto. Tras las elecciones del 15 de junio, y a la vista de lo que trasluce en los contactos entre los banqueros, su postura está menos próxima al bunker. Todo indica que atraviesa por una «cuarentena» a la espera de acontecimientos.

Hispano. El hecho de que el actual ministro de Industria fuese consejero-director general del banco, y a pesar de que no parece que exista en la actualidad una gran ligazón entre ambos, el Hispano Americano mantiene una posición muy discreta, sin sobresalir en ningún momento.

Central. Mantiene una posición técnica a las medidas del Gobierno, aunque su beligerancia no es activa.

Bilbao. Es un banco enormemente sensibilizado por el tema de las autonomías y la financiación de las empresas.

Vizcaya. Mantiene una posición semejante a la del Banco de Bilbao, por sus similares caracteristicas.

Popular. Su postura es la de mantenerse en medio y dar una de cal y otra de arena.

Santander. Aunque en las reuniones mantiene una postura discreta, existe la conciencia de que actúa «por libre».

El descenso de las cotizaciones bursátiles es achacado entre los representantes de los bancos, al momento de confusión existente y al miedo de los inversionistas que prefieren, en un momento como este, mantener su dinero en una cuenta corriente, aunque le rinda muy poco, antes que invertir en valores.

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