¿Qué hacemos con Madrid? / 2
Se insiste en que para una labor de salvamento del Madrid monumental basta con clasificar unos cuantos edificios singulares y que, con tal de que éstos queden, todo lo demás es indiferente. Nadie, a la altura de los tiempos que vivimos puede sostener esta tesis, ya que un edificio, y cuanto más excelente con más motivo, exige un entorno que le sea propio, y la más ligera ofensa le perjudica como a una mujer hermosa los afeites y postizos. Dicen que marcar grandes zonas es lo fácil, como si esto se hubiera hecho así por ahorrarse trabajo o por incapacidad o desconocimiento del problema monumental de Madrid o de cualquier ciudad. Esto no es lo fácil, ni por fácil se ha adoptado; esto es lo único que puede hacerse si de verdad queremos salvar Madrid como un todo significativo y no como un extraño museo de edificios singulares perdidos en un ambiente contradictorio, cuando no hostil.Pero en la ruidosa polémica que se ha producido en torno a este tema se han vertido muchas inexactitudes. En primer lugar, se dice que la Dirección del Patrimonio controlará 1.076 hectáreas de un término municipal de 60.709 hectáreas. Vamos a puntualizar. Según el plan incoado tenemos que distinguir las siguientes zonas: primero, la zona del casco viejo, llamada histórico-artística, que mide 556,16 hectáreas, la zona det Viso, 128 hectáreas: la zona de cementerios, 43,5 hectáreas, y la zona de Respeto, 429,5 hectáreas.
Senador de Unión de Centro Democrático por Toledo
Dirección: Olivier Hellman. Protagonistas: John Huston, Shelley Wintersy Henry Fonda. Color.A venturas. EE. UU., 19 76. Local de estreno: Palacio de la Músicay Novedades.
Analicemos estas zonas dejando para el final la del casco viejo, que es la más láiportante. La del Viso pretende proteger una zona residencial que honra a Madrid por su altonivel arquitectónico dentro del racionalismo y por ser en atención a su escasa densidad, arbolado y espacios verdes, un ejemplo d'igno de conservación en cuanto a tipología urbana. Además, buena parte de esta delimitación la ocupa el área de los Nuevos Ministerios, que, verosímilmente, no se va a alterar.
La zona de los cementerios, que comprende los de San Isidro, San Justo y Santa María, es obvio ha de mantenerse por sí misma, y además supone por su arbolado un aliciente paisaj ístico de primer orden. No existen más problemas.
La zona de Respeto comprende partes sutanciales del barrio de Salamanca, de la Castellana, de .los barrios de Chamberí y Argüelles, y alcanza al Campo del Mor,o y jardín rZservado de la Casa de Campo. Debe puntualizarse que en esta zona el control es mucho menos estricto que en la histórico-artística. Se trataría sólo de evitar graves desafuerosen la futura construcción, bien por excesos de volumen, bien por estridencias de forma o color, pero nada más.
Veamos ahora lo que pasa con *la zona h istórico- artística: en primer lugar, como hemos dicho, esta zona mide 556,16 hectáreas, pero si descontamos el parque del Retiro y el Botánico, que son intocables, la superficie real baja a 426 hectáreas, lo que representa el 0,7 % de la superficie total del término municipal. En suma, el verdadero y estricto control del Estado a través del Patrimon lo Artístico se ejerce sobre una superficie ínfima en relación con la totalidad del término municipal y se ejerce donde, por existir un organismo urbano fuertemente consolidado, toda reforma estructural sería desaconsejable y de dudoso beneficio para la colectividad. La actuación que preconiza el plan estatal no hubiera sido necesario Imponerla al municipio, por cuanto que él mismo, hace muchísimos años, la debía haber establecido. Sin embargo, la experiencia ha sido muy otra y hemos podido comprobar amargamente ' en esto todas las personas responsables se muestran conformes- que en los últimos años el deterioro del legado ur-' banístico y arquitectónico madrileño ha experimentado una alarmante aceleración. Era, por tanto, necesario poner fin a este estado de cosas, que privaba al país de unos bienes culturales índiscutibles sin provecho real para la colectividad.
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