Nadezha L.,
soviética, ha sido la protagonista de una asombrosa y casi secreta historia. Un buen día se acostó en su cama y no despertó hasta veinte años después. La mujer se quedó dormida en 1953, cuando contaba 33 años, y se despertó cuando iba a cumplir los 54. Nada se sabía de la historia hasta que la revista Sovietskavo Soyuza publicó en su último número un reportaje sobre tan largo sueño. De todas formas, los periódicos soviéticos son tan reservados ante este tipo de noticias del sensacionalismo occidental que han evitado dar el apellido de la señora. La señora Nadezha, tras su despertar, ha tenido que volver a aprender a andar, a hablar y, sobre todo, a reaccionar frente a un mundo sumamente distinto al que dejó cuando cayó en la placidez de su sueño. A lo largo de su inconsciencia -que no se detalla a qué fue debida- estuvo atendida por su hija y en continua observación médica.
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