_
_
_
_

Moratalaz: "Nos niegan el derecho a ser una parroquia"

La parroquia de Nuestra Señora de la Montaña, en Moratalaz, dirigida durante varios años por Mariano Gamo, está a punto de cambiar de línea pastoral y de equipo dirigente.« La jerarquía lo que pretende es catalogar la parroquia como una comunidad de base y negarnos el derecho a- ser una parroquia. Es una manera de desligarnos de la Iglesia oficial. » Así se expresa Juan Fernández Poncini, coadjutor de Nuestra Señora de la Montaña.

La parroquia se fundó en el verano del año 1964, abarcando una demarcación de 5.000 habitantes -el polígono E del barrio de Moratalaz- Siendo párroco Mariano Gamo, en el año 1971 fue restituido a su puesto después de haber sido encarcelado. Esto suponía, según Poncini, un acto de «inteligente visión pastoral del nuevo cardenal de Madrid, don Vicente Enrique Tarancón, quien, a pesar de la negativa gubernamental, vislumbrando ya por las grandes presiones del pueblo una etapa de la historia española, optó decididamente en favor de Mariano, que salía de la cárcel».

«Desde entonces -prosigue- y por espacio de más de seis años esta parroquia, con otras más de la Diócesis de Madrid y de toda España, van a ser casa de Dios, porque son precisamente casa del pueblo o refugios para los trabajadores que se encerraron en ellos demandando los abusos del poder. Los sermones en esta iglesia son una clara denuncia de las injusticias. No se habla de Dios sin vincularlo a las causas populares. Los sacerdotes de la parroquia pagan unas veces con la cárcel las multas gubernamentales y otras es el mismo pueblo quien les rescata... Semejante parroquia viene a constituir una pequeña realidad de lo que podría ser la Iglesia en la sociedad socialista. Para los otros, esta parroquia resulta molesta y desentona con el conjunto de la Iglesia concordataria.»

Razones

Ahí están las razones, según Fernández Poncini, de los ataques a la línea pastoral:«La dimisión de Mariano Gamo como párroco el pasado mes de junio podría suponer para la diócesis verse libre de semejante parroquia discordante... Se habla de cinco curas dispuestos a aportar sangre nueva al barrio, atendiendo ésta y otra parroquia más. Alguien ya conoce incluso sus nombres y el estilo que van a ofrecer. En su día se presentarían a la comunidad, pero no a los curas que hasta ahora han llevado la parroquia, pues piden vía libre a sus iniciativas. La gente ha mostrado, en reciente asamblea, su temor a que esta parroquia se convierta -es su expresión- en una parroquia de señoritos del barrio y así han manifestado al señor vicario, presente en dicha asamblea, y al estilo como el pueblo lo hace: primero, la necesidad de que sea respetada la línea pastoral que ellos, junto a sus curas, han vivido. Y, segundo, que estos sacerdotes y compañeros sean debidamente respetados, permaneciendo en la parroquia, si bien no con un cargo pastoral, al menos como intérpretes de lo que ahí se ha hecho.»

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_