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Crece el escándalo en Italia del rape intoxicado

La muerte de dos tursistas belgas y del joven romano Mario Masiotti, siete parálisis leves y ocho intoxicaciones han decretado una caza despiadada al consumo del rape o pejesapo en toda Italia.El rape, pescado en los mares de Extremo Oriente, concretamente el proveniente de la isla de Taiwan, contendría una neurotoxina, cuyos efectos mortales son inmediatos. Al parecer, el Ministerio italiano de Sanidad había prohibido ya su importación en febrero pasado, debido a que las autoridades de la China nacionalista se negaban a. extender los debidos certificados de acompañamiento. Como todos los escándalos, el «escándalo del rape» se ha extendido en todo el país como la pólvora.

Se habla ahora de graves evasiones fiscales y estafas, de documentación comprometedora secuestrada ya por la policía financiera en unas diez empresas importadoras y distribuidoras de pescado congelado.

El núcleo antiaduIteraciones de la policía judicial ha secuestrado todo el rape almacenado en Italia. Tres magistrados, los señores Infelisi en Roma, Sossi en Génova y Fortuna en Venecia han entrado en acción ordenando pesquisas, secuestrando documentos aduaneros e interrogando a las autoridades veterinarias del Estado y a técnicos. Existen dudas de que la muerte la haya traído solamente el rape y la precaución ha aconsejado extender las pesquisas a otras especies de pescado como la barracuda un pez tropical, capaz de metabolizar grandes cantidades de mercurio y que, por tanto, puede ser muy venenoso.

En el mercado del pescado es muy fácil despachar una especie por otra, para cubrirla demanda de una determinada especie que no se encuentra en un momento dado, o lo que es peor, para evitar los ya escasos controles sobre la contaminación por metales a que están sometidas algunas especies.

Además, las compañías comerciales suelen practicar una operación que, en la jerga empresarial, se lama «triangulación». El rape proveniente de. Taiwan ha podido entrar en Italia a través de otros países menos exigentes o más complacientes sanitariamente. El jaez Sossi prohibió, por eso, la entrada en el puerto de Génova de toda clase de rape. La compañía exportadora de Taiwan se defiende notificando que los franceses han consumido doscientas toneladas de su pescado sin consecuencia alguna.

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