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Asamblea de todos los parlamentarios catalanes

Durante dos horas y media los parlamentarios electos en Cataluña estuvieron reunidos en la sede del desaparecido Parlamento Autonómico. El acto revistió caracteres emocionales y se desarrolló en la forma que previamente habían establecido los primeros candidatos de las principales listas electorales catalanas. No hubo precisiones sobre el proceso de consecución de la autonomía y, por otro lado, los socialistas se abstuvieron de plantear el tema de la convocatoria de una gran concentración ciudadana la próxima semana, contrariamente a lo que habían anunciado el mismo día en que se entrevistaron con el Rey.Este compromiso parece de difícil cumplimiento debido a la prevención de otras fuerzas políticas concretamente los comunistas catalanes y Unión de Centro Democrático. En cambio se acordó, como se esperaba, la creación de una comisión permanente de parlamentarios cuya operatividad ya ha sido puesto en duda por algunos parlamentarios.

Antes de iniciar la asamblea, calificada repentinamente de histórica, varios parlamentarios informaron privadamente a EL PAIS que su desarrollo había sido pactado hasta los más mínimos detalles en el curso de reuniones celebradas por los responsables de los partidos y coaliciones electorales. Concretamente, un parlamentario afirmó que en las reuniones preparatorias se había acordado «marginar los temas conflictivos». Asistían a la asamblea 62 de los 63 diputados electos en Cataluña. Unicamente estaba ausente un diputado de UCD debido a motivos estrictamente personales.

Finalizada la asamblea, un parlamentario, con cierto aire de desengaño, aludiendo al enorme lirismo que impregnó toda la sesión, recordó irónicamente que «Cataluña fue la sede del primer congreso mundial de liturgia». Añadió que «en el terreno formal el desarrollo de la asamblea ha sido casi impecable, pero se han evitado los temas de fondo».

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Se creó una comisión permanente de la Asamblea de Parlamentarios

Viene de la página primeraLas dos únicas intervenciones fuera de lo predeterminado fueron las del senador Luis María Xirinacs y del diputado de Alianza Popular Laureano López Rodó. El primero se pronunció en favor de que ningún senador ni diputado catalán «acepte ningún cargo ministerial mientras dure el proceso de recuperación de nuestra autonomía y nuestro autogobierno ». Al hacer esta recomendación Xirinacs aludió sin citarlo a Francesc Cambó que, paralelamente a la Asamblea de Parlamentarios del año 1917, de la que había sido uno de los promotores, aceptó una cartera ministerial, con lo que el proceso autonomista quedó truncado.

La intervención de Xirinacs fue vivamente aplaudida por el público que asistía a la asamblea -unas cuatrocientas personas- y moderadamente aplaudido por los parlamentarios.

López Rodó, no a Tarradellas

La propuesta de Laureano López Rodó, también fuera de programa, fue doble. Por un lado solicitó -ante la sorpresa de sus colegas- que se solicitara explícitamente la supresión del Consejo General de Cataluña y, por otro, se opuso a que se solicitara el retorno de Josep Tarradellas como presidente de la Generalidad. En la segunda parte de su propuesta no obtuvo ningún apoyo pero, en cambio, todos los diputados y senadores -incluidos los de UCD- se inclinaron por solicitar la supresión del mencionado Consejo General de Cataluña, eje básico de la reforma propugnada en Cataluña por el Gobierno Suárez.

Centrándonos en el terreno formal, las mayores sorpresas provinieron de los diputados de UCD y de Laureano López Rodó, único diputado de Alianza Popular electo en Cataluña, quienes aceptaron e incluso propusieron temas que en el pasado eran exclusivos de la Oposición democrática.

En primer lugar se aceptó por aclamación unánime que se constituyera una mesa de la asamblea presidida por Josep Andreu Abelló, diputado socialista y antiguo presidente del Tribunal Supremo de Cataluña en el período republicano y autonómico. En funciones de secretarios se designó a un diputado de Pacte Democratic de Catalunya y a otro del Partido Socialista Unificado de Cataluña, concretamente Josep María Riera, secretario general de las Juventudes Comunistas. El diputado Laureano López Rodó también se inclinó con su aplauso por dicha mesa, constituida en base a la edad: el mayor y los dos más jóvenes. Ver al secretario general de las Juventudes Comunistas aplaudido por Laureano López Rodó resultó un hecho realmente «histórico».

La primera intervención corrió a cargo de Josep Andreu Abelló, quien se refirió entre aplausos a los presidentes de Cataluña, Francesc Masía, Lluis Company, Josep-Irla y Josep Tarradellas (38 años de exilio y persecuciones), así como al compromiso que debían adoptar los parlamentarios catalanes de «defender con la misma energía que si se tratara de Cataluña el derecho al autogobierno de los pueblos y regiones del Estado español». Es de señalar que la referencia al «presidente-mártir Lluis Company, fusilado en Montjuich en l940», fue aplaudida por Carlos Sentís y Manuel Jiménez de Parga, puestos en pie, mientras Laureano López Rodó permanecía sentado, sin aplaudir. Lo mismo sucedió cuando Andreu Abelló citó a Tarradellas.

El primer diputado que intervino fue Heribert Barrera, secretario general de Esquerra Republicana de Cataluña, quien aludió a la legitimidad de la asamblea y a la del presidente Tarradellas. Pidió que, «para enlazar ambas legitimidades se solicitara del presidente Tarradellas que de ahora en adelante presida nuestras sesiones» (de la Asamblea de Parlamentarios). López Rodó pidió votación nominal sobre esta solicitud y la moción fue aprobada por unanimidad exceptuado el único voto en contra del diputado de Alianza Popular.

Reventós, presidente de la comisión permanente

La segunda intervención corrió a cargo de Jordi Pujol, quien propuso la constitución de la ya mencionada comisión permanente de la asamblea, compuesta por tres socialistas, tres comunistas, tres del Pacto Democrático, que él encabeza, y tres de UCD, así como un demócrata cristiano y un diputado de Esquerra de Cataluña, además de un senador por circunscripción.

Pujol también pidió que el presidente de esta comisión permanente, elegido al margen de la composición ya mencionada, fuese designado por la propia Asamblea de Parlamentarios. Pidió que dicha presidencia correspondiera a Joan Reventós, a lo cual se accedió por votación unánime de todos los parlamentarios, incluido Laureano López Rodó.

Aclamación para la amnistía y legalización de todos los partidos

La siguiente intervención corrió a cargo del diputado comunista Jordi Solé Tura, quien requirió que la Asamblea de Parlamentarios se pronunciara en favor de la amnistía total en un sentido muy amplio y detallado: pensiones para viudas de guerra republicanas, reposición de funcionarios depurados, amnistía laboral, amnistía por los delitos cometidos por mujeres en base a su discriminación legal y otros. Mencionó el caso del joven anarquista Josep Lluis Pons Llovet, que permanece todavía en la cárcel de Cartagena, como un «símbolo» que representa la permanencia de militantes políticos catalanes en las cárceles. La propuesta del diputado comunista fue aprobada por aclamación, incluidos los aplausos de los diputados de Unión de Centro Democrático y de Laureano López Rodó.

A continuación intervino Carlos Sentís, solicitando que la Asamblea de Parlamentarios se pronunciara en favor de la legalización de todos los partidos políticos en el marco de la democracia. Dijo que «un compañero de la Asamblea, Hereibert Barrera, pertenece a un partido no legalizado (Esquerra Republicana de Catalunya) y pido que a todos los efectos de la Asamblea sea considerado como si fuese miembro de un partido legal». Ello fue aprobado por aclamación unánime, incluida la de López Rodó, quien, no obstante, en el periodo de campaña electoral se había manifestado contrario a la legalización del partido dirigido por Barrera.

La siguiente intervención corrió a cargo de Antón Canyellas y revistió el carácter de declaración política «contra la violencia» en sus vertientes de ejercida por el poder o desde la calle.

Canyellas fue seguido por el dirigente socialista Joan Reventós, quien dijo: «Hoy, por vez primera desde hace 38 años, Cataluña puede hacer sentir su voz». Reventós recordó a «aquellos que han muerto por el camino, y particularmente al presidente Companys, fusilado por aquellos que creían que fusilándolo fusilaban a Cataluña». Ello fue aplaudido por Carlos Sentís y Manuel Jiménez de Parga, así como por la totalidad de los parlamentarios, excluido Laureano López Rodó.

Reventós pide apoyo popular para la autonomía

Reventós se reafirmó en la necesidad de recuperación de las «instituciones y principios del Estatuto de 1932, la Generalidad y el retorno de su presidente, Josep Tarradellas». Solicitó también la derogación del decreto de 5 de abril de 1938, por el que se suprimía el Estatuto de 1932, y aludió a la necesidad «del apoyo de todo el pueblo de Cataluña», sin referirse en concreto a ninguna manifestación inmediata. Anteriormente, los socialistas habían afirmado que pensaban proponer a la Asamblea de Parlamentarios la convocatoria de una manifestación. Por el momento, dicha afirmación no se ha cumplido. Reventós afirmó también que «la Asamblea de Parlamentarios estaba reunida en carácter permanente». Su intervención fue asentida por aplausos unánimes, con la exclusión de Laureano López Rodó,

La última intervención, fuera de lo programado, correspondió a Luis María Xirinacs. Su contenido expuesto anteriormente no fue sometido a votación. Es de señalar que en relación al deseo de Xirinacs de que no hubiese ministros catalanes antes de la consecusión de la autonomía se produjo un notable movimiento de desconcierto entre algunos parlamentarios. Así, Manuel Jiménez de Parga se abstuvo, quizá por vez primera en toda la asamblea, de aplaudir.

El propio presidente de la asamblea, Josep Andréu Abelló, dijo que «este tema concierne a la conducta personal y, por tanto, no procede tomar un acuerdo al respecto». En todo caso, por unos momentos, el recuerdo histórico de Cambó y la Asamblea de 1917 planeó en la sala.

La sesión terminó con el canto de Els Segadors por parte de todos los parlamentarios y el público -compuesto esencialmente por periodistas y políticos no parlamentarios y ex diputados del último Parlamento catalán- puestos todos ellos en pie.

Como única nota discordante dentro de este clima de corrección son de señalar algunos gritos y movimientos sin mayores consecuencias con relación a los diputados de Unión de Centro Democrático y el de Alianza Popular cuando éstos abandonaban la sede del Parlamento autonómico. Concretamente, el coche de Laureano López Rodó fue golpeado por algunas de los centenares de personas que con su presencia en los alrededores del Parlamento autonómico querían manifestar su apoyo a la actitud adoptada por los parlamentarios.

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