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El capitalismo, ¿un enfermo incurable?

Después de casi un cuarto de siglo de prosperidad ininterrumpida, las economías industrializadas sufren actualmente del doble mal del paro y la inflación. Esta evolución ha alarmado a la opinión pública de dichos países que se pregunta, no sólo por el origen de la crisis actual, sino también por cuáles podrían ser los objetivos de la política económica en el próximo decenio y qué opción se le ofrece a los gobiernos.Un intento de respuesta es lo que ofrece el documento «Por el pleno empleo y la estabilidad de precios», redactado por ocho prestigiosos economistas de diversos países y que, presididos por el americano Paul McCraken, constituye una reflexión sobre los acuciantes problemas económicos que pesan sobre las economías del Occidente capitalista.

La respuesta de los redactores del informe es que la presente crisis constituye el resultado de una cadena poco frecuente de desequilibrios que, probablemente, no se repetirá en el futuro, al menos con idéntica virulencia. En su opinión, un «crecimiento económico razonablemente rápido sigue siendo un objetivo prioritario», no existiendo por el lado de la oferta obstáculos que puedan impedir el alcanzar en los próximos cinco o diez años un ritmo de crecimiento «casi tan rápido como el de los años sesenta».

Dentro de este panorama, los objetivos básicos se condensan en volver progresiva me n te al pleno empleo y a la estabilidad de los precios. En apoyo de su insistencia en la importancia de recuperar un ritmo rápido de producción, los ocho autores del informe de la OCDE señalan las tensiones sociales y el vio lento cambio de actitudes que, a la larga, engendraría la persistencia del paro.

Con el fin de asegurar el crecimiento económico y contener la inflación, se recomienda en el informe a los «gobiernos que actúen sobre la política presupuestaria y a través de la política monetaria». En general, el informe no es muy favorable a las llamadas doctrinas monetaristas, según las cuales el incremento en la cantidad de dinero es el indicador básico del carácter de la política monetaria, con ventaja frente a la política de crédito o el nivel de los tipos de interés. Después de indicar que los errores de manejo en la política monetaria durante los primeros años de la década de los setenta constituyeron una de las causas de la actual crisis, el informe se declara partidario de que los gobiernos publiquen las tasas-objetivo de crecimiento delas principales magnitudes monetarias, tanto por constituir una eventual barrera frente a las presiones inflacionistas como por ser un medio para advertir al público en general de la determinación del Gobierno de mantener una política inflacionista.

En la misma línea de clarificación están las recomendaciones de establecer objetivos presupuestarios y de utilizar una política de rentas que resultaría incompatible con el mantenimiento del pleno empleo

Respecto al tema del comercio exterior, los expertos de la OCIDE muestran su preocupación por los rebrotes de las tentaciones proteccionistas, señalando la conveniencia de eliminar obstáculos al libre comercio. También abogan por la constitución de stocks de materias primas claves -cereales, por ejemplo-, a fin de reducir los efectos originados por cambios bruscos en las condiciones de oferta de los mismos.

El resumen que se desprende de este voluminoso estudio es de una sensación de confianza en que los sistemas económicos basados en el libre mercado y las instituciones políticas democráticas pueden seguir funcionando en el futuro, al menos con la misma eficacia que lo han hecho en el pasado. Los próximos años dirán si ese optimismo está justificado.

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